Matutina para Adultos | Lunes 1 de diciembre de 2025 | Tiempo de Adviento

Matutina para Adultos | Lunes 1 de diciembre de 2025 | Tiempo de Adviento

Matutina para Adultos

«Así también ustedes, cuando vean todas estas cosas, sepan que está cerca, a las puertas» (Mateo 24: 33, RVA15).

En amplios sectores del mundo cristiano, nos encontramos en un periodo del año llamado tradicionalmente «tiempo de Adviento». Esta palabra viene del término latino adventus, que significa «venida». Inicialmente la intención de esta conmemoración era marcar un tiempo, de duración variable según las diferentes tradiciones, de preparación espiritual para la celebración de la primera venida de Cristo: «Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo» (Gál.

4: 4-5).

En su origen, y todavía para muchos cristianos, se trata de un tiempo de esperanza, de oración y de reflexión, de vigilia, de arrepentimiento, de perdón y de alegría. Como los primeros adventistas conocían por experiencia personal heredada de sus iglesias esta noción espiritual del adviento, poco después de organizarse como denominación oficialmente constituida adoptaron su nombre de esta hermosa actitud: adventista es quien espera, se prepara para la segunda venida de Jesús y la proclama.

El adviento, a la luz del significado del término original griego parousía, es a la vez «espera» y «presencia», pero no la espera temerosa del fin del mundo sino una esperanza gozosa, comprometida y activa fundada en Aquel que ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (ver Mat. 28: 20).

Ser adventista es, por lo tanto, vivir permanentemente en tiempo de adviento, un tiempo privilegiado en el que se nos invita a recordar el pasado, pero a vivir el presente preparando ese futuro encuentro, cada vez más próximo. Si bien como cristianos nunca podemos perder de vista la primera venida de Cristo, en la que dio su vida por nuestra salvación, todo buen adventista se siente llamado, por encima de todo, a vivir el presente con una actitud comprometida. Dando testimonio de la presencia de Jesucristo entre nosotros, el tiempo de adviento nos invita sobre todo a estar siempre vigilantes, preparando y anticipando el futuro. El adventismo es una invitación permanente a predicar la segunda y definitiva venida de Jesucristo, a proclamar nuestra fe en la vida eterna que Dios nos promete, en una tierra renovada, y a prepararnos para ella.

El adviento es un tiempo especialmente adecuado para la revisión de la propia existencia a la luz de la vida de Jesucristo y de sus preciosas promesas: «Vendré otra vez y los tomaré conmigo para que donde yo esté ustedes también estén» (Juan 14: 3, RVA15). El adviento es tiempo privilegiado para el examen de conciencia continuado, arrepentido y agradecido, de conversión permanente.

Señor, quiero vivir hoy como un verdadero adventista, deseando tu regreso.

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