Matutina para Adultos | Lunes 17 de Marzo de 2025 | Tu huella digital

Matutina para Adultos | Lunes 17 de Marzo de 2025 | Tu huella digital

Tu huella digital

«Porque no hay nada encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de ser conocido. Más bien, las cosas que han dicho en las tinieblas serán oídas en la luz, y lo que han hablado al oído en las habitaciones será pregonado en las azoteas» (Lucas 12: 2-3, RVA15).

Sin duda Jesús se refería aquí a la imposibilidad de ocultar nada a los ojos de Dios y a la inutilidad de pretender camuflar nuestra realidad detrás de la máscara de la hipocresía. Pues Dios, que todo lo ve, «traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa oculta, sea buena o sea mala» (Ecle. 12: 14).

Pero resulta que esta afirmación también es verdadera hoy en día, a otro nivel mucho más mundano. Todo lo que hacemos a través de los medios de comunicación digital (internet, smartphones, tabletas, etc.), deja una huella que las empresas involucradas —¡y los hackers también, por supuesto!— pueden seguir hasta en detalles insospechados. Eso significa que muchas de nuestras acciones van dejando un rastro digital que, hábilmente explotado, deja al descubierto nuestro perfil personal poco visible.

Todas nuestras interacciones —qué visitamos, qué miramos, qué compramos o a quién— van dibujando el retrato robot de quiénes somos a través de lo que hacemos, a menudo en secreto. Las huellas de internet son utilizables por instancias interesadas para proporcionar datos, al estado o las empresas implicadas, que reflejan qué actividades o qué productos nos interesan concretamente a ti y a mí; también, cuáles son exactamente nuestros contactos sociales, muchos de nuestros comportamientos, e incluida nuestra ubicación. Esos datos se recopilan y analizan sin advertir a los usuarios, recogiendo un gran volumen de información personal con la que pueden determinar nuestro estilo de vida (qué comemos, qué bebemos, qué vestimos, a qué jugamos o qué películas vemos), así como nuestra edad, raza u orientación sexual, o nuestros puntos de vista religiosos o políticos.

Quizá tú y yo no seamos suficientemente interesantes como para que nos espíen, y no nos preocupa lo que Amazon, Facebook o Google sepan acerca de nuestra vida privada. Pero es conveniente que tomemos conciencia de la huella que dejamos sin darnos cuenta y que nos preguntemos en serio: ¿Qué se sabría de mí si saliera a la luz todo lo que hago en el ciberespacio?

¡Qué bueno sería que no tuviésemos nada que esconder y que lo que hacemos en secreto no nos avergonzara si se publicara!

Señor, tú lo sabes todo. Sabes cómo soy cuando estoy solo. ¡Cuánto bien me hace ser consciente de tu presencia!

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