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«Si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala y échala de ti, pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno» (Mateo 5: 30).
La amputación de un miembro de nuestro cuerpo es sin duda una experiencia traumática. A escala mínima, yo casi he estado a punto de vivirla hace un par de días. Estaba desplazando una pesada hoja de cristal para cubrir la gran mesa de mi despacho, cuando se me resbaló de las manos y me cayó con todo su peso sobre el pie. Gracias a Dios que lo que hubiera podido acabar en amputación se ha quedado en un susto, una cirugía de urgencia y unos cuantos puntos de sutura. Tras unos días de reposo, espero estar de nuevo en forma.
A veces la amputación de un miembro enfermo, canceroso o gangrenado es la mejor solución que queda para salvar la vida de todo el cuerpo. Aplicando esto a la vida espiritual, la idea de mutilarse para evitar el pecado impactó de tal modo al joven Orígenes de Alejandría (que vivió entre los años 184 y 245 d. C.) que la tomó al pie de la letra, llegando a castrase para mantenerse puro.
Ahora bien, aunque la imagen de la automutilación, en esta palabra de Jesús, aparece en un contexto de adulterio, su mensaje no se limita al ámbito sexual. Enseña que es preferible cortar por lo sano una relación peligrosa o una mala práctica, antes de que desemboque en algo irreparable. Por eso esta exhortación me parece aplicable a muchas otras situaciones.
Por ejemplo, mi colaboración con ADRA en el seno de una plataforma nacional para la prevención de la violencia de género me ha proporcionado suficientes ejemplos de que cortar por lo sano, antes de que lleguen demasiado lejos algunos malos hábitos (drogas, cibersexo, pornografía, etc.) y algunas relaciones tóxicas, evitaría a la larga numerosos casos de maltrato doméstico y de matrimonios desgraciados, y obviaría secuelas interminables de sufrimiento innecesario para cónyuges e hijos.
Parafraseando las palabras de Jesús de nuestro texto de hoy podríamos decir que «si tu vicio o tu relación tóxica te hace caer en lo que no quieres, corta por lo sano; pues es preferible que mutiles tu obsesión o que dejes tu relación con quien no te conviene, que ver el resto de tu vida arrojado al infierno de un vicio degradante o de una relación abusiva».
Señor, dame la fuerza de cortar por lo sano lo que lo requiera.