Credenciales en Corinto
“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén” (2 Corintios 13:14).
Pablo concluye su carta con la bendición que abarca la gracia de Jesús, el amor de Dios y la comunión del Espíritu. Más que un saludo de despedida es la más amplia bendición de la plenitud de la Deidad.
Quiero, al cerrar nuestras reflexiones sobre las dos Cartas a los Corintios, recordar la lucha de Pablo. Algunos de aquellos hermanos cuestionaban al apóstol. Por eso Pablo, de manera especial, a lo largo de las cartas presenta sus credenciales sabiendo que así defendía el mensaje, la misión y la iglesia:
Fue comisionado por Dios: 2 Cor. 1:1, 21; 4:1.
Hablaba con sinceridad del poder de Cristo: 2 Cor. 1:18, 4:2; 2:17.
Actuaba con santidad, sinceridad y dependencia de Dios: 2 Cor. 1:12.
Era objetivo y sincero en sus cartas: 2 Cor. 1:13, 14.
Tenía al Espíritu Santo, estaba lleno del poder de Dios: 2 Cor. 1:22; 13:4.
Amaba a los creyentes: 2 Cor. 2:4, 6, 11; 11:11.
Trabajó entre ellos y transformó su vida: 2 Cor. 3:2, 3.
Vivió como un ejemplo para los creyentes: 2 Cor. 3:4, 6:3, 4; 12:6.
Nunca desistió, y soportó peligros en la misión: 2 Cor. 4:1, 16; 11:23-33.
Enseñaba la Biblia con integridad y autoridad: 2 Cor. 4:2; 10:14, 15.
Cristo era siempre el centro del mensaje: 2 Cor. 4:5.
Era embajador de Cristo: 2 Cor. 5:18-20.
Vivió y evangelizó con pureza y paciencia: 2 Cor. 6:6.
Era confiable y lleno del poder de Dios: 2 Cor. 6:7.
Permaneció fiel a Dios bajo toda circunstancia: 2 Cor. 6:8.
Nunca agravió ni corrompió a nadie: 2 Cor. 7:2; 11:7-9.
Promovió las ofrendas de manera responsable: 2 Cor. 8:20, 21.
Realizó la obra de Dios con sus armas, y no con las propias: 2 Cor. 10:1-6.
Estaba seguro de que pertenecía a Cristo: 2 Cor. 10:7, 8.
Se regocijaba siempre en el Señor, y no en sí mismo: 2 Cor. 10:12, 13.
Fue bendecido con una visión sorprendente: 2 Cor. 12:2-4.
Fue constantemente humillado por una espina en la carne: 2 Cor. 12:7-10.
Realizó milagros ente ellos: 2 Cor. 12:12.
Trabajó para fortalecer la fe de los creyentes: 2 Cor. 12:19; 13:9.
Pasó la prueba: 2 Cor. 13:5, 6.
Estas son las credenciales expuestas por Pablo a los hermanos de Corinto, y son las mismas que deberíamos presentar nosotros hoy. Puede no ser fácil, pero ¿acaso hay otro camino? Muy bien lo expresaba Billy Graham: “La salvación es de gracia, pero el discipulado cuesta todo lo que tenemos”. ¿Estás dispuesto a pagar el precio?