Matutina para Adultos | Martes 22 de julio de 2025 | Curaciones que tardan

Matutina para Adultos | Martes 22 de julio de 2025 | Curaciones que tardan

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Matutina para Adultos

«Vino luego a Betsaida, y le trajeron un ciego, y le rogaron que lo tocara. Entonces, tomando la mano del ciego, lo sacó fuera de la aldea; […] puso sus manos sobre él y le preguntó si veía algo. Él, mirando, dijo: «Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan». Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirara; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos» (Marcos 8: 22-25).

Nos encontramos aquí con una curación insólita en los Evangelios, ya que se realiza en dos tiempos. En el primer intento el ciego ve, pero turbio, y en el segundo ya ve claramente. Algunos comentaristas suponen que el primer intento de sanación quedó incompleto porque la fe del ciego era imperfecta. Al experimentar este el prodigio realizado por Jesús devolviéndole parte de la vista, su fe se fortaleció y entonces su sanación pudo completarse.

Es posible. No lo sabemos. Pero siendo que Jesús solía realizar curaciones instantáneas, no parece acertado deducir que se trataba de una terapia dejada a medias por parte del sanador. Quizá podría tratarse más bien de una curación que, como muchas otras, entonces y hoy, necesitan tiempo y tratamiento adicional.

Los expertos dicen que alguien que ha sido ciego toda la vida, o que hace mucho tiempo que no ve, difícilmente puede ver bien de golpe. Sus primeras impresiones visuales no suelen ser nítidas. El ciego de este relato afirma ver a las personas de forma tan difusa que las confunde con árboles. Su visión necesita afinarse. Pero Jesús, que no deja nada a medias, se toma el tiempo necesario y vuelve a poner sus manos sobre aquellos ojos que ya han empezado a ver, hasta completar su acción sanadora.

El texto griego dice que tras mirar fijamente (o hacer un gran esfuerzo para mirar), el ciego queda restablecido o restaurado. La expresión traducida en algunas Biblias como ver distintamente, o con claridad, significa también ver de lejos, es decir, ver bien a gran distancia, algo propio de una vista excelente.

Nuestros problemas son de naturaleza muy diversa. Hoy como ayer, hay terapias complejas o largas que requieren paciencia y tesón. Hoy también, quien, como Jesús, prosigue su tarea sanadora hasta donde haga falta, sin prisas que nada avanzan, y sin desanimarse por los insuficientes resultados conseguidos, recibe la recompensa de contribuir a un restablecimiento pleno, a veces insospechado.

Señor, dame la paciencia y la sabiduría que necesito para superar mis problemas y para ayudar a otros a superar los suyos. El tiempo que eso tome lo dejo en tus manos.

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