Un Dios que recompensa
“Si alguno me sirve, sígame. Donde yo esté, allí también estará mi servidor. Y al que me sirva, mi Padre lo honrará” (Juan 12:26).
Jesús dijo que servirlo es seguirlo, así que, el mayor servicio es el de la entrega total de la vida. Servir a Jesús no es hacer algo por él, sino hacer lo que él nos mande; no es ir a donde nos guste, sino a donde él nos envíe. Se trata de una actitud de entrega propia y no de servicio propio. No es decirle a Jesús: “Estoy dispuesto a servirte si me haces feliz”, sino decirle: “Seré feliz si me permites servirte”. Servir a Jesús, seguir a Jesús, es entender que tenemos verdadera vida en él cuando le entregamos nuestra vida.
Y luego sucede algo maravilloso: Dios honra este tipo de servicio, lo recompensa. La persona que se entrega por completo al servicio de Cristo, renunciando a todo por seguir al Maestro sin esperar nada a cambio, es honrada y recompensada por Dios. ¿Cómo? Bueno, el propio Jesús dijo también que el que lo sirve, estará donde él esté; porque para el verdadero seguidor de Jesús, el gozo más grande es estar con él y tener el privilegio de servirlo. Eso es, en sí mismo, una gran recompensa. Y, por supuesto, la mayor recompensa es la salvación.
Cuando Dios recompensa al cristiano que entrega su vida al servicio del Maestro no siempre lo hace a través de bendiciones tangibles o cosas materiales. Él va más allá de las cosas que son perecederas; su recompensa es sanarte, hacerte sentir que tu vida tiene sentido, afirmarte por dentro y por fuera, darte esperanza, llenarte de valor, darte pertenencia, llenarte de esperanza… ¡Y concederte la vida eterna!
Dios sabe que nos gusta que él nos diga en qué nos beneficia seguirlo, pero no quiere que pensemos que lo más grande que él puede darnos son las cosas materiales pasajeras. Él anhela que desees con todo tu corazón la recompensa más grande que él ofrece a todo ser humano: la de vivir donde él vive. ¿Acaso no es maravilloso? Entonces recuerda que esto está disponible para todos los que sirven a Jesús.
¿No te parece que una de las cualidades más lindas de nuestro Dios es su capacidad y deseo de recompensar a quienes lo siguen? Él mismo se ha dado a conocer como tal a sus hijos, y ha llenado su Palabra de promesas y recompensas con las cuales nos anima y nos muestra su amor.
Amén. Amén y amén.
Que privilegios disfruta de una vida abundante con Cristo Jesus