“Él no ha faltado”
“Ustedes bien saben que ninguna de las buenas promesas del Señor su Dios ha dejado de cumplirse al pie de la letra. Todas se han hecho realidad, pues él no ha faltado a ninguna de ellas” (Josué 23:14, NVI).
Mario Benedetti, el icónico escritor uruguayo del siglo XX, declaró: “No hay que prometer nada, porque las promesas son horribles ataduras, y cuando uno se siente amarrado tiende a liberarse; eso es fatal”. No sé si Benedetti tuvo que librarse de alguna promesa, o si alguien le había prometido algo y luego no lo cumplió; pero lo cierto es que plantea una versión muy pesimista de lo que significa “prometer”. Aunque los seres humanos podamos liberarnos de la atadura de una promesa, hemos de saber que Dios es muy diferente a nosotros, y para él sus promesas no son “horribles ataduras”. Una prueba irrefutable de ello es la experiencia de Josué.
Tras la muerte de Moisés, Dios delegó en Josué la dirección de su pueblo. Tomar el lugar de Moisés constituía un gran desafío, así que Dios tuvo que hacerle grandes y preciosas promesas a Josué. El Señor le prometió que nadie podría hacerle frente, que estaría con él como había estado con Moisés, que no lo abandonaría ni lo desampararía, que Josué repartiría la tierra (ver Jos. 1:3-6).
En la parte final del libro se verifica que el Señor no dejó de cumplir ninguna de sus promesas: “Dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres. Tomaron posesión de ella, y la habitaron. Jehová les dio paz a su alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres, y ninguno de sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos. No faltó ni una palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel. Todo se cumplió” (Jos. 21:43-45). Al final de su vida, Josué le volvió a recordar al pueblo: “Por mi parte, yo estoy a punto de ir por el camino que todo mortal transita. Ustedes bien saben que ninguna de las buenas promesas del Señor su Dios ha dejado de cumplirse al pie de la letra. Todas se han hecho realidad, pues él no ha faltado a ninguna de ellas” (Jos. 23:14, NVI).
¿Faltó Israel a sus promesas a lo largo de su travesía? Sí, faltó; pero Dios no falta a sus promesas, él cumplirá todo lo que ha prometido. No lo dudes.