“Bienaventurado el que lee”
“Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca” (Apocalipsis 1:3).
Eso de que las redes sociales son un espacio para los más jóvenes es una completa falacia. Mi papá, que ronda los setenta años, se mantiene activo en Facebook, WhatsApp, e Instagram, y se divierte mirando videos en YouTube. Cabe, pues, que nos preguntemos: ¿Qué tiempo dedicamos a esos medios digitales? Probablemente ni siquiera nos hemos planteado esta pregunta, o no tengamos clara la respuesta.
Según las mediciones llevadas a cabo por los especialistas en la materia, en promedio, cada año los usuarios dedican 608 horas a las redes sociales; es decir, 1,6 horas al día. Si a eso le añadimos las 4,5 horas diarias que en promedio dedicamos a ver la televisión, estaríamos hablando de que cada día dedicamos unas 6,1 horas de nuestro tiempo a actividades vinculadas más a la pantalla que a nuestra edificación personal.
No es mi propósito emitir un juicio de valor sobre el uso que hacemos de esos recursos digitales. Más bien me gustaría que pensemos en cómo sacar mayor provecho a uno de nuestros tesoros más valiosos: el tiempo. Hace semanas encontré un artículo que captó poderosamente mi atención desde que leí su título: “Si dedicaras a la lectura el tiempo que pasas en las redes sociales, podrías leer doscientos libros al año”.¹²⁴ Su autor afirma que un libro promedio tiene 50.000 palabras; así que leer 200 libros equivale a leer 10 millones de palabras. Un lector medio puede leer unas 400 palabras por minuto. Por lo tanto, para leer 200 libros al año necesitaríamos dedicar a la lectura 417 horas o, lo que es lo mismo, 1 hora y 15 minutos cada día.
Quizá pienses: yo no leo 400 palabras por minuto, solo leo 200. Entonces podrías leer 100 libros al año. “No, Vladimir, nada más puedo leer 100 palabras por minuto”; en ese caso podrías leer 50 libros cada año si tan solo leyeras una hora al día.
El final del discurso es este: si tenemos tiempo para dedicar casi dos horas diarias a las redes sociales, ¿no podríamos reducir ese tiempo y dedicar una hora a la buena lectura, especialmente la de contenido espiritual bíblico? Después de todo, la Biblia afirma: “Bienaventurado el que lee” (Apoc. 1:3). Es el mejor método para nuestra edificación personal.
124 Charles Chu, “In the Time You Spend on Social Media Each Year, You Could Read 200 Books”, Quartz (29 de enero 2017).
Excelente reflexión, la tomaré en cuenta. Desde hoy empezaré, gracias