Así es Dios
“Amados, ahora ya somos hijos de Dios; y, aunque no se ve aún lo que hemos de ser, sabemos que cuando Cristo aparezca seremos semejantes a él, porque lo veremos como es él” (1 Juan 3:2).
Por mucho que nos guste ver fotografías de seres queridos, no hay nada como verlos cara a cara. Hemos pasado este año mirando un maravilloso álbum de retratos de Dios que nos ha mostrado una variedad de perfiles e imágenes de su gracia y su amor. Lo hemos contemplado, hemos sido atraídos a él y lo hemos disfrutado; pero nada disminuye el deseo y la expectativa de poder verlo cara a cara, tal como él es.
Todos hemos soñado con ir al Cielo y ver las glorias que ojo no vio, ni oído oyó ni han subido a pensamiento de hombre. Hemos soñado con conocer a nuestros héroes bíblicos, que nos han enseñado que Dios es real y fiel. Anhelamos ver el árbol de la vida, las calles de oro, el Trono de Dios, los ángeles y los mundos no caídos. Pero todo palidece ante la idea de ver a Dios cara a cara, no a través de la Biblia, de la naturaleza o de las circunstancias de la vida. ¿Cómo será ver a Cristo? ¿Qué veremos y qué impresión nos causará? No podemos saberlo desde este lado de la eternidad.
Quiero decirte que, para mí, la experiencia de este viaje junto a ti ha sido inspiradora y estimulante. Mi concepto de Dios ahora es más elevado, y puedo ver cómo eso influye en mi relación con él, en la adoración que le ofrezco y en la sensibilidad que debo tener al decidir qué hacer o decir. Puedo ver que nuestro concepto de Dios determina también nuestro concepto acerca de la vida cristiana en general. Ahora te pregunto: ¿cómo ha impactado tu vida el viaje por estos 366 retratos de Dios? ¿Cómo influirá el conocer mejor a Dios en las resoluciones que harás para el nuevo año? ¿Crees que si Dios es así como es, deberías tú seguir siendo así como eres? ¿O tal vez hay cambios que hacer en tu manera de pensar y de ser? Qué bueno si, tras contemplar el amor y la gracia de Dios, eres movido a cambiar para ser más semejante a él.
Ahora sabemos un poquito más de cómo es Dios, pero debemos seguir el próximo año, y todos los días de nuestra vida, dedicando tiempo a conocerlo mejor, hasta que lo veamos cara a cara. Ese día comenzará la eternidad, para seguir aprendiendo del amor y la gracia del Rey.