Matutina para Adultos | Miércoles 08 de Enero de 2025 | Jesús, carpintero

Matutina para Adultos | Miércoles 08 de Enero de 2025 | Jesús, carpintero

Jesús, carpintero

«¿No es este el carpintero?» Marcos 6: 3

Siendo adolescente trabajé un par de veranos en la carpintería de una pequeña fábrica de muebles artesanales. Parte de mi trabajo consistía en reparar los arañazos y desperfectos de algunos muebles, cosa que entonces todavía hacían los carpinteros. En aquellos tiempos el mobiliario de nuestras casas solía ser de madera maciza, más bien de calidad, y se cuidaba porque se compraba pensando que tenía que durar toda la vida. Muchas piezas pasaban de una generación a otra. Y algunas se hacían a medida.

En nuestros días, el estilo de vida ha cambiado totalmente. Ahora muchos muebles son de aglomerados y se compran desmontados. Son de menor calidad, se estropean antes y no se pueden reparar. Cuando se deterioran, se tiran o se cambian por otros. Eso ha hecho que apenas queden carpinteros.

Nuestra sociedad de consumo ha devaluado infinidad de objetos que antes eran de primera necesidad. Ya no se repara casi nada. Pero yo añoro la idea de hacer cosas duren «para siempre», y si se estropean, que merezca la pena repararlas. Porque esa mentalidad afecta a nuestro diario vivir. ¿Tu pareja ya no te gusta? Pues te buscas otra. ¿Se estropeó esta relación? A por otra.

Yo echo de menos la época en que los muebles eran de madera maciza. Me aferro todavía a la figura del antiguo carpintero artesano, que a algunos les olerá a viejo, como los muebles de los abuelos. A mí me sigue evocando la seguridad y el sentido de pertenencia que parece faltar en un mundo en el que el esfuerzo por preservar las cosas y las relaciones parece ser cada vez menor y donde pocas duran para siempre, como las tablas de nuestros muebles usados.

Echo de menos a Jesús el carpintero, ese amigo que, sobre unos maderos en forma de cruz, hizo una reparación que dura para siempre. Alguien capaz de arreglar lo más estropeado y roto de nuestra existencia y dejarlo como nuevo. «De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas» (2 Cor. 5: 17).

Como hizo en esta Tierra cuando era carpintero, Jesús sigue reparando los viejos muebles de nuestras vidas, sin desecharlos a pesar de nuestros desperfectos, aunque parezcan inservibles, y dándoles vida nueva.

Señor, hoy quiero entregarme una vez más, con todo mi averiado mobiliario interior, a ti, el carpintero que me creó, porque sé que sigues dispuesto a restaurarme con tu amor incansable.

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