“Contentarme con lo que tengo”
“He aprendido a contentarme con lo que tengo” (Filipenses 4:11, DHH).
Justin Montoya trabaja como niñera en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos. Hace un tiempo ella le comentó a Alana Semuels, una periodista que escribe para The Atlantic, que había comprado “un reloj inteligente que probablemente nunca usará”, un segundo Kindle porque le preocupaba que su dispositivo de lectura “muy pronto dejara de funcionar”, un calentador eléctrico que no necesitaba, y un par de audífonos inalámbricos para oír música “mientras carga su iPhone”. De acuerdo con la Agencia de Análisis Económico, solo en Estados Unidos cada año se gastan miles de millones de dólares en relojes, equipajes, teléfonos y otros aparatos electrónicos que la gente admite no necesitar. Tenía toda la razón Mark A. Cohen, director de estudios de ventas al detalle de la Escuela de Posgrado de Negocios de la Universidad de Columbia, cuando dijo: “Estamos todos acumulando una montaña de cosas”.¹¹⁶
¿Por qué estamos acumulando cosas que sabemos que no necesitamos? En el centro de esa búsqueda insaciable de lo que no tenemos y de lo que no necesitamos está el descontento. La inconformidad con nuestra vida nos induce a gastar en objetos que no aportan nada a nuestro bienestar y que no satisfacen la sed del alma. Si de verdad queremos evitar caer en la vorágine consumista que impera en nuestra época y que ha llevado a muchos a la bancarrota, nos convendría prestar atención al ejemplo del apóstol Pablo: “He aprendido a contentarme con lo que tengo” (Fil. 4:11). La palabra traducida como “contentarme” en el mundo griego se usaba “para describir a la persona que por medio de la disciplina se había independizado de las circunstancias externas”.¹¹⁷ La Nueva Versión Internacional la traduce con las palabras: “He aprendido a estar satisfecho”. Este es un camino que implica disciplina.
Pablo comprendió que su felicidad no dependía de lo externo, de lo mucho o poco que pudiera obtener. Aprendió a estar “contento” con lo que tuviese, porque el secreto de su gozo radicaba en “tener” a Cristo. Es en ese contexto que aparece la famosa declaración:
“A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece” (Fil. 4:13). Que el Señor nos ayude a no especializarnos en acumular montañas de cosas que no necesitamos, sino en contentarnos con lo que tenemos.
116 Alana Semuels, “We Are All Accumulating Montains of Things”, The Atlantic, 21 de agosto de 2018: https://www.theatlantic.com/technology/archive/2018/08/online-shopping-and-accumulation-of-junk/567985/.
117 Gerald F. Hawthorne, Philippians, Word Biblical Commentary (Dallas: Word, Incorporated, 2004), vol. 43, p. 263.