
Ninot indultat
«Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él» (Juan 3: 17, NIV).
Cada año, en estas fechas, tienen lugar las fiestas más populares de la región en la que vivo. Estas fiestas, llamadas «Las Fallas», tienen su momento álgido la noche del 19 de marzo, con la quema de una gran cantidad de monumentos simbólicos hechos de cartón, madera y otras materias combustibles.
Se dice que el origen de esta fiesta se remonta a la antigua costumbre de los carpinteros de la ciudad de Valencia, que, en honor a su patrón, San José, quemaban frente a sus talleres, en las calles y plazas públicas, las virutas, el serrín y otros desechos sobrantes acumulados en sus talleres durante el invierno. A esas hogueras los vecinos arrojaban también toda clase de trastos inservibles: muebles rotos, alfombras de esparto, sombreros y ropas viejas, etcétera.
Estas hogueras «purificadoras» se convirtieron en las grandes ocasiones anuales de hacer la limpieza general de primavera. La inventiva popular empezó a vestir y dar forma humana a algunos de los trastos viejos, con los que se aludía a personajes conocidos (sobre todo a los señores, gobernantes y dirigentes), a los que se parodiaba, condenándolos a ser quemados en efigie como para deshacerse de ellos, aunque solo fuese de manera virtual.
Con el tiempo, las fallas se han ido convirtiendo en impresionantes monumentos artísticos, que critican todo lo malo que se quisiera ver desaparecer de este mundo.
Aunque debido a la finalidad de la fiesta, todas las figuras (ninots, en catalán) están condenadas a ser quemadas por el fuego para simbolizar la destrucción de todo lo malo, cada año por voto popular se indulta a una que, por diversas razones (valor humano, artístico, cultural, social, etc.), se ha querido salvar. Es el llamado ninot indultat (figura indultada), que será salvado de la destrucción y conservado en un creciente museo.
El mundo en el que vivimos también está condenado a ser destruido por fuego. Un día, como en una «falla» de dimensiones cósmicas, «los elementos ardiendo serán deshechos» (2 Ped. 3: 10). Pero la voluntad de Dios es que todos seamos «indultados» como «tizones arrebatados del incendio» (ver Zac. 3: 2), y tengamos con él, y gracias a él, vida eterna (Juan 3: 16).
Sé que no lo merezco, Señor, pero indúltame.28
28 Su traducción al español es «figura indultada». Un ninot es «cada una de las figuras que forman parte de una falla, que es un conjunto de figuras de carácter burlesco que, dispuestas sobre un tablado, se queman públicamente en Valencia por las fiestas de San José», Diccionario de la lengua española, Real Academia Española / Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), octubre de 2014.