Matutina para Adultos | Sábado 07 de Diciembre de 2024 | El Dios de los humildes

Matutina para Adultos | Sábado 07 de Diciembre de 2024 | El Dios de los humildes

El Dios de los humildes

“El Señor se complace en los que le temen y en los que esperan en su constante amor” (Salmo 147:11).

Sí, Dios nos ama a todos, pero es especialmente atraído por aquellos que, reconociendo su debilidad, le piden auxilio. Por otro lado, Dios no puede ser impresionado por nada ni por nadie, porque “a Dios no le importan los caballos de guerra ni le preocupan los soldados poderosos. Le desagradan los que confían en todo eso” (Sal. 147:10, PDT).

Los signos humanos de poder no impresionan a Dios. La fuerza del caballo y la agilidad e inteligencia del soldado tienen su lugar en el campo de batalla entre potencias sociopolíticas, pero Dios quiere ganar las batallas del creyente través de nuestra fe y confianza en él. Dios no se complace en la fuerza física ni en la confianza propia que sentimos que tenemos, sino en que crezcamos en fuerza espiritual y tengamos nuestra confianza depositada en él y no en nosotros mismos. ¿Estás dispuesto a rendirte así?

Si tratamos de mostrar a Dios lo fuertes y habilidosos que somos, estamos de alguna manera diciéndole que no necesitamos ser rescatados por él. Por eso es imprescindible que aprendamos a ser humildes delante de Dios. Fue el orgullo lo que llevó el pecado al Cielo y posteriormente a este mundo. Fue un ángel que no tuvo temor del Señor, se llenó de orgullo, rechazó su misericordia y malinterpretó su carácter, el que se convirtió en Satanás.

Dios se complace en quienes lo temen y esperan en su misericordia, porque esos son los que han entendido la realidad del conflicto cósmico en el que vivimos, y no se han dejado arrastrar ni por los engaños del enemigo ni por las culturas de este mundo, que tanto descansan en el poder y las armas. Dios se complace en el creyente humilde y confiado porque nunca se rebelará contra él, porque siempre estará dispuesto a obedecer sus mandamientos y a servirlo por amor. Lo que nuestro Dios nos está ofreciendo es su fuerza, su amor, su poder ilimitado y su gracia transformadora, y esas cosas solo puede recibirlas aquel que siente su necesidad.

Si queda dentro de ti algún afán por querer impresionar a los demás o a Dios, recuerda que, en todo caso, si destacas en algo, si eres fuerte o inteligente por encima del promedio, es porque Dios te ha dado capacidades para que las uses para él. Vive con humildad ante su presencia, “porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mat. 23:12).

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