“Será amado por mi Padre”
“El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él” (Juan 14:21).
El 28 de julio de 2021 murió Johnny Ventura, un músico, político y abogado dominicano al que The New York Times consideró el “Elvis del merengue”. Como este no es el escenario para hablar de la grandeza artística de Johnny Ventura, me gustaría compartir una de sus muchas anécdotas.
En cierta ocasión le preguntaron: “Si fueras a morir mañana, ¿cuáles serían tus palabras finales?” “Yo invitaría a la gente a revisar el origen de todo, ir al libro de Génesis y observar tranquilamente que Dios hizo un paraíso para nosotros, que los humanos nos hemos encargado de distorsionarlo, y que sería muy fácil vivir en un mundo donde nosotros siguiéramos los Diez Mandamientos de la ley de Dios. Con eso cambiaríamos totalmente al mundo”.
Quizás alguno de nosotros no comparta esa opinión, puesto que hay creyentes abanderados de una experiencia espiritual sin ningún vínculo con la ley de Dios, porque suponen, erróneamente por cierto, que los Diez Mandamientos quedaron derogados en la cruz.
En tanto que no existe ni siquiera un pasaje bíblico que anule la vigencia de la ley de Dios, sí hay muchos textos que respaldan lo dicho por el artista dominicano. Dios declaró en el quinto libro de Moisés: “En este día les doy a elegir entre bendición y maldición. Bendición, si obedecen los mandamientos del Señor su Dios, que hoy les he ordenado” (Deut. 11:27, 28). ¿Por qué es una bendición obedecer los mandamientos? Porque ello elimina la idolatría, la inmoralidad, el odio, la adicción al trabajo, el egoísmo, la codicia… En fin, si todos respetáramos la ley de Dios, claro que nuestro mundo sería un lugar mejor.
Por supuesto, dicha obediencia no es el resultado de un legalismo oxidado, sino de una relación de amor con nuestro Creador. El Señor declaró: “El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama” (Juan 14:21).
Quizá no lleguemos a ser tan amados por la gente como lo fue Johnny Ventura, pero si “guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de él” (1 Juan 3:22), a cada uno de nosotros se nos promete: “Será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él” (Juan 14:21).