Un minero con mucha determinación
«Y todo lo que esté en tu mano hacer, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro» (Eclesiastés 9: 10).
El 18 de diciembre de 1864, nació en Inglaterra un niño que se convertiría en el famoso predicador Samuel Parkes Cadman. En los albores de la radiotelefonía, predicaba a más de cinco millones de personas cada domingo. En sus años de adolescencia, Samuel trabajaba como minero. Dedicaba ocho horas diarias a su labor para mantener a sus hermanos menores. En aquel entonces, había pocas posibilidades de acceder a una universidad. Sin embargo, para 1934, Samuel se había convertido en uno de los autores más leídos en los Estados Unidos y Canadá.
Mientras trabajaba en las minas de carbón, Samuel siempre tenía que esperar uno o dos minutos mientras descargaban su vagón. Aprovechaba ese tiempo para sacar un libro de su bolsillo y leer, a pesar de la oscuridad reinante. Con apenas unos ciento veinte segundos para dedicar a la lectura, este apasionado joven siempre llevaba un libro consigo. Este joven hubiera preferido dejar el almuerzo antes que a sus libros.
Él sabía que solo a través de la lectura podría salir de aquella la mina. Por eso, durante los diez años que estuvo empleado allí, leyó todos los libros que pudo conseguir prestados, más de mil volúmenes. No es sorprendente, entonces, que este joven lograra abrirse camino. Diez años después de iniciar su labor en las minas de carbón, había adquirido suficientes conocimientos y disciplina mental para aprobar con excelencia los exámenes de admisión a la universidad y ganar una beca en el prestigioso Richmond College de Londres.
Quizá alguien diga: «Eso pudo haber ocurrido a comienzos de este siglo, pero ahora es diferente. Esas historias son cosas del pasado». Es cierto que vivimos en un mundo diferente en muchos aspectos, pero incluso hoy en día hay todavía hombres como Samuel, que comienzan desde muy abajo, y triunfan a pesar de los obstáculos.
Y tú, ¿de qué manera aprovechas los pequeños momentos de espera, como lo hizo Samuel, para cultivar tus habilidades y conocimientos? ¿Qué puedes aprender de su historia en términos de perseverancia, resiliencia y superación personal?
Procura cada día ser un ejemplo de dedicación, esfuerzo y pasión por lo que haces. De este modo, alcanzarás tus sueños y glorificarás el nombre de Dios.