Una carta muy importante
«Desde niño conoces las sagradas Escrituras, que pueden instruirte y llevarte a la salvación» (2 Timoteo 3: 15).
¿Te imaginas que un día recibes una carta del presidente de tu país? ¿Qué harías con ella? ¿La guardarías en un cajón y te olvidarías de ella? ¿O la leerías con atención y seguirías sus instrucciones? Probablemente lo segundo, ¿verdad? Pues bien, ¿sabes que tienes en tus manos una carta mucho más importante que la del presidente? Tienes la Biblia, que es una colección de mensajes enviados de parte de Dios para ti.
La Biblia es el libro por excelencia. Un famoso predicador llamado Charles Spurgeon dijo que la Biblia es «la espada del Espíritu, la omnipotente Palabra de Dios, la maravilla del mundo, y la dádiva del cielo». En ella encontramos el tesoro más valioso: el conocimiento de Dios y de su plan para salvarnos. Una señorita que había perdido a su madre cuando era niña recibió de ella una pequeña Biblia con estas palabras escritas: «En este libro yace un tesoro. Serás premiada si cavas hondo». La señorita no entendía lo que significaba eso hasta que un día conoció el amor perdonador de Jesús y se dio cuenta de que él era el tesoro escondido en la Biblia.
¿Y tú? ¿Has encontrado ese tesoro? ¿Dedicas tiempo regular a leer la carta de amor que Dios te ha enviado? Si no lo has hecho, te estás perdiendo de algo maravilloso. La Biblia no es solo un libro antiguo e interesante. Es la Palabra viva y poderosa de Dios que puede transformar tu vida. «Así también la palabra que sale de mis labios no vuelve a mí sin producir efecto, sino que hace lo que yo quiero y cumple la orden que le doy» (Isaías 55: 11). ¿Qué hace la Palabra de Dios en nuestro corazón? Nos da entendimiento para conocer a Dios, nos produce convicción para arrepentirnos de nuestros pecados, nos trae consuelo para confiar en su gracia, y nos pone cara a cara con Cristo para seguirle con todo nuestro ser.
Hoy te invito a abrir tu Biblia y leerla con atención. No la ignores ni la desprecies. Es el mensaje más importante que puedes recibir. Déjate impactar por su verdad y su belleza. Deja que cumpla en ti aquello para lo cual fue enviada: hacerte hijo o hija de Dios por medio de la fe en Jesucristo.