Matutina para Jóvenes | Domingo 1 de junio de 2025 | La escuela de los animales

Matutina para Jóvenes | Domingo 1 de junio de 2025 | La escuela de los animales

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Matutina para Jóvenes

«Hay en la iglesia diferentes dones, pero el que los concede es un mismo Espíritu» (1 Cor. 12:4)

Hace algún tiempo, me encontré con la fábula de un grupo de animales que se reunieron para fundar una escuela. Entre ellos estaban un conejo, un pájaro, una ardilla y un pez, y decidieron formar una comisión para determinar el contenido de sus enseñanzas. El conejo argumentó a favor de incluir «salto» como materia principal. El pez sugirió clases de natación. La ardilla propuso enseñar el «ascenso perpendicular de árboles», mientras que el pájaro se encargaría de las clases de vuelo. De este modo, elaboraron los planes de estudio y enfatizaron que todos los animales debían participar en todas las asignaturas.

A pesar de que al conejo obtuvo 10 en la materia de salto, enfrentó grandes dificultades con el ascenso perpendicular de árboles, ya que constantemente se caía. Con el tiempo, sufrió fracturas en las patas delanteras, lo que le impidió seguir saltando y ocasionó que su calificación disminuyera. En el caso del pájaro, volaba de manera magnífica, pero le costaba mucho trabajo saltar. Con el tiempo, su calificación en vuelo descendió a un 7 y en salto le fue aún peor. La ardilla destacaba en el ascenso perpendicular de árboles, pero debido a su miedo al agua, reprobó en natación. Por otro lado, el pez era experto en natación, pero no podía salir del agua para asistir al resto de las clases.

Rick Warren captó la lección de esta fábula cuando escribió: «Usted fue moldeado para servir a Dios. Dios formó a cada criatura de este planeta con un área particular de especialidad. Algunos animales corren, algunos saltan, algunos nadan, algunos cavan y algunos vuelan. Cada uno tiene un papel en particular que desempeñar, basado en la manera en que fueron moldeados por Dios. Lo mismo sucede con los seres humanos. Cada uno de nosotros fue diseñado especialmente o «moldeado», para hacer ciertas cosas» (Una vida con propósito, p. 191).

En lugar de dedicarse a complacer a todos y abordar múltiples tareas, incluso si eso implica mediocridad,

¿no sería mejor descubrir su especialidad y dedicar todas sus energías y esfuerzos a ello? Dios te ha dado dones y talentos y son ellos los que te hacen una persona única. Permite que el diseño divino sea el que guíe tus prioridades y el rumbo de tu vida.

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