Cómo superar la pereza
«No queremos que se vuelvan perezosos, sino que sigan el ejemplo de quienes por medio de la fe y la constancia están recibiendo la herencia que Dios les ha prometido» (Hebreos 6: 12).
¿Te gustan las obras de arte? ¿Has admirado alguna vez la belleza y el detalle de una pintura, una escultura o una pieza musical? Detrás de cada obra maestra hay un artista que dedicó tiempo, esfuerzo y pasión a su creación. El famoso pintor Salvador Dalí dijo una vez: «Ninguna obra maestra fue creada por un artista perezoso».
La pereza es un enemigo de la creatividad, la productividad y el crecimiento, nos impide alcanzar nuestro potencial y cumplir nuestro propósito. La Biblia nos advierte contra la pereza y nos anima a ser diligentes y perseverantes en todo lo que hacemos. Proverbios 13: 4 dice: «Los perezosos ambicionan mucho y obtienen poco, pero los que trabajan con esmero prosperarán» (NTV). Dios quiere que seamos personas activas, responsables y comprometidas con su obra. Él nos ha dado talentos, dones y oportunidades para servirle y glorificarle. Entonces, ¿cómo podemos vencer la pereza y desarrollar la perseverancia? Te comparto algunos consejos:
Ora a Dios por sabiduría, fuerza y dirección. Reconoce que sin él nada puedes hacer (Juan 15: 5).
Analiza tu entorno. ¿Te rodean personas perezosas o diligentes? La pereza puede ser contagiosa, así que procura rodearte de personas que te inspiren y te animen a ser activo.
Haz una lista de tareas pendientes. Escribe lo que tienes que hacer y ordénalo por prioridad. Así podrás visualizar tus objetivos y planificar tu tiempo.
Divide las tareas grandes en pequeñas. Si te enfrentas a un proyecto muy complejo o largo, puede que te sientas abrumado y desanimado. Puedes hacerlo más sencillo y llevadero si lo separa en tareas pequeñas. Así te sentirás más motivado y capaz de lograrlos.
Celebra tus logros y aprende de tus errores. Reconoce el progreso que has hecho y agradece a Dios por su gracia. No te desanimes por las dificultades o los fracasos, sino busca mejorar y crecer.
No dejes que la pereza te impida alcanzar tus sueños y propósitos. Sé un ejemplo de fe y constancia para los demás. Ponte en marcha hoy mismo. ¡Decídete hoy!