Cuidado con la necedad
«Tengan cuidado de cómo se comportan. Vivan como gente que piensa lo que hace, y no como tontos» Efesios 5:15 TLA.
El día de los inocentes se celebra el 28 de diciembre en nuestros países, y el 1° de abril en Estados Unidos y Europa. En ese día la gente realiza muchas bromas, algunas de ellas bastantes pesadas, y hay quienes creen en toda clase de cosas que nada tienen que ver con la realidad.
El día de los inocentes se remonta al papa Gregorio XIII , hace cuatrocientos años, cuando cambió el calendario e hizo que el 1° de enero fuera el primer día del año. Hasta entonces, el Año Nuevo se celebraba el 1° de abril. A pesar de este cambio, algunas personas continuaron celebrándolo el 1° de abril, y se las empezó a llamar «los tontos de abril».
Esa fecha se convirtió poco a poco en un día para engañar a los incautos y hacerlos parecer ingenuos o tontos. Por ejemplo, hace aproximadamente siglo y medio, en la ciudad de Londres, se hizo una broma el 1° de abril. Algunos ciudadanos prominentes de la ciudad recibieron la siguiente invitación: «La Torre de Londres le invita a usted y a sus amigos a presenciar la ceremonia anual de lavamiento del León Blanco, el domingo 1° de abril de 1880. Las entradas estarán disponibles en el Portal Blanco». Desde tempano empezaron a llegar lujosos carruajes en busca de un Portal Blanco que no existía.
Pero el 28 de noviembre (así como el 1° de abril) no es el único día cuando los necios hacen gala de su necedad. Salomón declara que «los necios se burlan del pecado» (Proverbios 14:9, RV95). Piensan que hacer mal no los perjudicará. «Los necios piensan que no hay Dios: todos se han pervertido; han hecho cosas horribles; ¡no hay nadie que haga lo bueno! (Salmo 14:1).
Los necios juegan con el enemigo pensando que su sabiduría los librará del peligro hasta caer en la trampa, pero los jóvenes sabios se mantienen en guardia porque saben que Satanás tiende trampas todo tiempo y no solo en el Día de los Inocentes. A los tales, el apóstol aconseja: «Protéjanse con toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan estar firmes contra los engaños del diablo» (Efesios 6:12).