Matutina para Jóvenes | Jueves 11 de Enero de 2024 | Un cubo de hielo

Un cubo de hielo

Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él. Mas los filisteos le echaron mano,y le sacaron los ojos,y le llevaron a Gaza;y le ataron con cadenas para que moliese en la cárcel.

Jueces 16:20,21

Hace poco, mis padres compraron una refrigeradora (heladera, frigorífico) nueva. Conserva comida refrigerada a la derecha y congela a la izquierda. En la puerta del congelador hay un dispensador de hielo que produce cubos de hielo y los deja caer en el vaso. Como cualquier cubo de hielo, mientras permanezcan en el congelador están sólidos y listos para usar, pero apenas caen en un vaso de agua, comienzan a derretirse. Necesitan del congelador para mantenerse fuertes y sólidos.

Así, Sansón se parecía a un cubo de hielo cuando seguía la voluntad de Dios para su vida. Mientras permaneció dentro de la voluntad de Dios, tuvo una fuerza sobrehumana. Podía despedazar leones con solo sus manos y levantar los portones de la muralla de sus bisagras. Por otro lado, cuando Sansón dejó su religión para ir tras muchachas paganas y satisfacer sus propios deseos, se alejó del plan de Dios para su vida. Esta decisión tuvo consecuencias graves para Sansón: su fuerza desapareció y los filisteos lo aprisionaron.

Sin embargo, Sansón todavía tenía esperanza. Cuando un cubo de hielo se derrite y se convierte en agua, puede volver al congelador para ser transformado nuevamente en un cubo de hielo. Puede recobrar su fuerza previa. Y lo mismo ocurrió con Sansón. Minutos antes de su muerte, oró y Dios le dio fuerza para empujar las columnas que sostenían un edificio entero, y acabar con la vida de todos los idólatras que se encontraban allí.

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