Libérate de la gente tóxica
«Júntate con sabios y obtendrás sabiduría; júntate con necios y te echarás a perder» (Proverbios 13: 20).
La Biblia nos enseña que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo y debemos cuidarlo tanto física como mentalmente. Sin embargo, en ocasiones nos encontramos con personas que nos causan problemas, nos hacen sentir mal y nos distraen de nuestros objetivos. Estas personas son las que el autor Bernardo Stamateas describe como «gente tóxica».
Las personas tóxicas se caracterizan por tener una actitud negativa, destructiva, manipuladora o egoísta hacia los demás. Pueden ser miembros de la familia, amigos, compañeros de trabajo e incluso nosotros mismos. Las personas tóxicas nos quitan la energía, la paz y la alegría. Además, nos hacen dudar de nuestro valor y de nuestra capacidad, y nos impiden crecer y desarrollar nuestro potencial.
Entonces, ¿cómo podemos reconocer si una persona es tóxica? Stamateas dice que existen varios tipos de personas tóxicas: el mete-culpas, el envidioso, el mentiroso, el arrogante… Estas personas suelen culpar a los demás de sus problemas, envidiar el éxito ajeno, mentir para ocultar su realidad, creerse superiores, enojarse por cualquier cosa o ver siempre el lado negativo de las cosas.
¿Qué podemos hacer frente a la gente tóxica? A veces, para protegernos a nosotros mismos, es necesario establecer límites claros con las personas tóxicas. Establecer límites no es ser egoísta, sino ser responsable de nuestra propia felicidad y bienestar. En segundo lugar, evita involucrarte en chismes o discusiones que solo conducen a sentimientos negativos. En cambio, mantener una actitud positiva y enfocarte en cosas constructivas puede ayudar a mantener tu mente clara y en paz. En tercer lugar, no dejes que la gente tóxica te haga enojar o frustrar. Mantén la calma y trata de responder con amabilidad. En cuarto lugar, aunque puede ser difícil, orar por las personas tóxicas puede ayudarte a verlas con compasión y amor. Finalmente, si te sientes abrumado, busca a alguien en quien puedas confiar, como un amigo o un familiar, para hablar sobre lo que estás pasando.
¿Hay gente tóxica en tu entorno? ¿Qué puedes hacer para liberarte de ella? ¿O eres tú una persona tóxica para los demás? ¿Qué puedes hacer para cambiar? Dios te ama y quiere lo mejor para ti, él te puede dar la fuerza y la sabiduría para librarte de la gente tóxica y ser una persona sana y feliz.