
Toda clase de cosas
“También se parece el reino de los cielos a una red echada al lago, que recoge peces de toda clase” (Mat. 13:47, NVI)
“El reino de los cielos se parece a…”. Según las parábolas de Jesús, el reino de Dios se parece a un sembrador, a una semilla de mostaza, a un banquete… Cada una de estas comparaciones ilustra un aspecto del reino que nos puede ayudar en nuestro crecimiento espiritual. En Mateo 13:47 Jesús comparó el reino de los cielos a una red que recoge peces de toda clase.
No sé mucho de pesca, pero he leído que hay diferentes tipos de redes. Los esparaveles son pequeñas redes circulares con pesas en el borde que se lanzan sobre bancos de peces. Pero en la parábola, Jesús no usó la palabra griega para esparavel (amfiblestron o diktuon), sino que usó la palabra griega sagene, un tipo de red que se arrastraba detrás del bote, atrapando los peces dentro. A diferencia del esparavel, la red de arrastre no discrimina, no solo atrapa peces, ¡atrapa todo lo que encuentra a su paso!
Así es el reino de Dios, un lugar donde se pueden encontrar personas de toda índole: jóvenes y adultos, hombres y mujeres, ricos y pobres, liberales y conservadores, tradicionalistas, modernos e indecisos. Todos cabemos dentro de la red porque el reino de los cielos no hace acepción de personas. No obstante, esta parábola no solo habla de diversidad, Jesús también dijo que, cuando la red se llena, los pescadores se sientan y separan lo bueno de lo malo. “Así será al fin del mundo. Vendrán los ángeles y apartarán de los justos a los malvados” (Mateo 13:49, NVI).
Por un lado, esta parábola habla a los que no aceptan la diversidad en el reino. Muchos de nosotros creemos que Dios se glorifica solo cuando todos marchamos con el mismo paso, al mismo ritmo y pisando todos exactamente en el mismo lugar. Pero Jesús dice: “No, el reino contiene todo tipo de cosas”. Por otro lado, esta parábola también se dirige a los que aplauden la diversidad sin límites y sostienen que las creencias y las prácticas no importan. Jesús dice: “No, habrá un juicio al final de los tiempos. Habrá lloro y crujir de dientes. Nuestras creencias y nuestra práctica sí son importantes”. ¿Qué podemos hacer tú y yo? Seguir pescando personas para el reino y dejar que el Juez de la tierra realice la separación el día final.