Matutina para Jóvenes | Martes 08 de Abril de 2025 | Redimiendo el tiempo

Matutina para Jóvenes | Martes 08 de Abril de 2025 | Redimiendo el tiempo

Redimiendo el tiempo

“Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efe. 5:16)

El escritor Bernard Mandelbaum narra una anécdota bastante graciosa sobre cómo aprovechar al máximo el tiempo. Cuenta que un rey había condenado a muerte a uno de sus súbditos. Desesperado por salvar su vida, el hombre hizo una propuesta que conmocionó a toda la corte: “Su Majestad, si me permite vivir, enseñaré a volar a su caballo en el plazo de un año”.

La idea le pareció muy interesante al rey, así que le concedió el pedido al hombre. Cuando los amigos del condenado a muerte le preguntaron por qué había prometido semejante barbaridad, el hombre explicó: “Durante un año pueden suceder muchas cosas. El rey puede morir o yo mismo puedo morir. Quizás el caballo muera. No sé… En un año ¡hasta un caballo puede aprender a volar!” (Choose Life [Random House, 1968], pp. 7, 8).

El concepto del tiempo que el apóstol Pablo presenta en el versículo de hoy tiene varias similitudes con las acciones del súbdito de la historia. La palabra “aprovechar”, exagorazo en griego, tiene el sentido primario de “comprar”, pero en un sentido que agote todas las posibilidades disponibles de aquello que se adquiere. De allí que los griegos usaban este verbo para referirse a la compra de un esclavo con el propósito de emanciparlo, pues la libertad te abre las puertas a un sinnúmero de posibilidades. Esto implica que, para Pablo, hay conductas y actitudes que esclavizan nuestro tiempo y “aprovechar” el tiempo consiste en liberarlo, o “redimirlo” como dicen otras versiones bíblicas, para así aprovecharlo al máximo.

Ahora bien, a diferencia del relato del súbdito y el rey, “redimir” el tiempo no se trata de extenderlo, sino de hacer algo útil con el que se nos ha otorgado. De manera que “aprovechar” el tiempo no consiste en restaurar el pasado o anticipar el futuro, sino en hacer lo mejor que podemos con el único tiempo que podemos “redimir”: el presente.

Hoy, el Señor te regala un nuevo día, ¿qué harás con él? Puedes permitir que tu tiempo se convierta en un esclavo de los memes y las conversaciones improductivas, o puedes aprovechar al máximo cada segundo mediante la lectura, el cuidado de tu cuerpo o el crecimiento personal. Por supuesto, la mejor manera de aprovechar el tiempo consiste en conocer a Jesús, pues esa es la clave que abre las puertas de la vida eterna (Juan 17:3).

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