«Lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante» (Fil. 3:13)
En abril de 2023, el Heat de Miami eliminó a los Bucks de Milwaukee en la primera ronda de los playoffs de la NBA. Al finalizar el último partido, un periodista le preguntó a la estrella de los Bucks, Giannis Antetokounmpo, si consideraba que la temporada había sido un fracaso. El jugador contestó: «¿Obtienes un ascenso en tu trabajo cada año? No, ¿verdad? ¿Entonces cada año que trabajas es un fracaso? No. […]
Jordan jugó quince temporadas y solo ganó seis campeonatos. ¿Las otras nueve fueron un fracaso? […] Estás haciendo la pregunta equivocada. No existe el fracaso en el deporte, hay días buenos y malos […]. No
siempre se gana. Volveremos el año que viene y trataremos de ser mejores, de crear mejores hábitos, de jugar mejor y tal vez podremos ganar el campeonato».
Aunque las declaraciones del «monstruo griego» resultan cuestionables en el ámbito deportivo, donde la meta es ganar el campeonato, considero que contienen una gran lección en el plano personal, especialmente al acercarnos al final de este año. Quizás comenzaste con grandes expectativas, con la esperanza de lograr algún avance significativo; pero al llegar a diciembre te has dado cuenta de que este año no ganaste. No te desanimes. Tu carrera no ha llegado a su fin. Como dijo Giannis en la entrevista, «se trata de dar pasos hacia la victoria». Regresa con más ímpetu y trata de ser mejor, cultiva buenos hábitos, pon todo tu empeño en lo que te has propuesto y con la ayuda de Dios lograrás tus metas.
Pablo sabía que el éxito es un camino. En el versículo de hoy utilizó una construcción gramatical que toma en cuenta ambos elementos como si fuesen caras de una misma moneda. Por un lado es necesario que «olvides» el pasado, pero Pablo sabía que eso solo no basta; también hay que «esforzarse» por alcanzar lo que está «delante». Al planificar tus metas para el futuro, olvida el pasado y esfuérzate por alcanzar lo que tienes delante. No te enfoques únicamente en lo inmediato; considera también «el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús» (Fil. 3:14).
