Matutina para Jóvenes, Martes 22 de Junio de 2021

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Solo puedo imaginar

“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Cor. 2:9).

Bart Millard creció en un hogar donde se vivía violencia física y emocional. Bart fue a vivir con su madre después de una grave golpiza que su padre le propinó. A pesar de todo, siguió en contacto con él y más tarde se enteró de que le habían diagnosticado cáncer de páncreas. Ante la noticia, su padre comenzó a hacer cambios notorios en su vida y comenzó a crecer espiritualmente. Leía la Biblia y asistía a la iglesia frecuentemente. Cuanto más avanzaba su enfermedad, más se unía a su hijo y su relación mejoró muchísimo.

En un momento, Bart dijo: “Pude ver en primera fila cómo un hombre que era un monstruo se fue enamorando cada vez más de Jesús. Cuando falleció, él se había convertido en mi mejor amigo y en el hombre más piadoso que haya conocido”.

Bart escribió esta canción pensando en el cielo, mostrando que él solo podía imaginar lo que sucedería allá ese día glorioso.

La canción inmediatamente se convirtió en un éxito transmitido no solo en todas las radios cristianas, sino en radios seculares. Ha sido la canción más escuchada en la historia de la radio cristiana y una de las más reproducidas en la historia de la música cristiana contemporánea. Ha recibido numerosos premios también.

Ya lleva 20 años desde que fue lanzada por primera vez y sigue impactando el corazón de los oyentes.

Con su banda, MercyMe, Bart ha visto cómo las personas que han perdido seres queridos encuentran gran consuelo en la esperanza de ver a Jesús y reencontrarse con ellos algún día.

Hoy puedes escuchar esta conocida canción, ver la película que cuenta la historia de vida que la inspiró y meditar también en el cielo, en todo eso que solo podemos imaginar. Grandes cosas y sorpresas nos están preparadas allá.

“Cuando lo mortal se haya vestido de inmortalidad, los redimidos serán como Jesús, porque le verán tal cual es. Estarán delante del trono, lo cual significa que habrán sido aceptados. […] Habrán sido participantes con Cristo en sus sufrimientos, habrán trabajado juntamente con él en el plan de la redención, y habrán de participar con él en el gozo de contemplar las almas salvadas por su medio para que alaben a Dios durante toda la eternidad” (Joyas de los testimonios, t. 2, pp. 184).

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