No debemos defender lo indefendible
«La prostitución y el vino hacen perder el juicio» (Oseas 4: 11).
Hace algunos años, cierto clérigo habló a favor de tomar vino fermentado, y demostró a con argumentos que su uso era de caballeros, saludable y bíblico. Cuando concluyó su intervención, un anciano se levantó y pidió permiso para decir algunas palabras:
«Cierto joven amigo mío que por mucho tiempo había sido intemperante, se convenció por fin, con gran alegría de parte de sus amigos, de que debía hacer un voto de completa abstinencia de todo lo que fuera intoxicante. Guardó fielmente su promesa por un tiempo, luchando a brazo partido con su hábito, hasta una tarde cuando en una reunión social a la que asistía se repartieron copas de licor. Cuando los que las repartían llegaron hasta cierto clérigo que se hallaba presente, este aceptó una copa, y pronunció algunas palabras en defensa de la práctica de beber.
»“Bueno —pensó el joven—, si un clérigo puede beber vino y justificar su posición con tanta elocuencia, ¿por qué no habría de beber alguien como yo?”. Y aceptó a su vez una copa. Al instante su apetito dormido se despertó con mayor furia, y tras algún tiempo de continuo descenso a las profundidades del vicio, murió afectado de delirium tremens, convertido en un loco furioso».
El anciano hizo una pausa, y luego añadió: «Ese joven era mi hijo, y el clérigo de mi historia era este respetable ministro que acaba de dar un discurso en defensa de las bebidas alcohólicas».
Dios te manda: «Repite siempre lo que dice el libro de la ley de Dios, y medita en él de día y de noche, para que hagas siempre lo que este ordena. Así todo lo que hagas te saldrá bien. Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas» (Josué 1: 8, 9).
La sociedad moderna defiende muchas prácticas que no concuerdan con la Biblia, pero solo puedes estar seguro cuando transitas por el camino de la voluntad revelada de Dios en su Palabra. ¿Te gustaría hoy depositar tu confianza en la sabiduría de tu Padre celestial y obedecer los consejos de su Palabra?