¿En quién confías?
«El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré?» (Salmo 127: 1, NVI).
¿Alguna vez has visto una película de terror, esas en las que los protagonistas se meten en situaciones peligrosas y tienen que escapar de monstruos, asesinos o fantasmas? Seguramente has sentido la tensión, el suspenso y el miedo que transmiten esas escenas. Tal vez incluso has gritado, saltado o te has tapado los ojos. Y es que el cine de terror tiene como objetivo provocar esas reacciones en el público.
Pero hay algo que quizás no has notado. En muchas de esas películas, los personajes tienen una opción para evitar el peligro o pedir ayuda. Podrían llamar a la policía, salir corriendo, buscar un refugio o simplemente no entrar en ese lugar oscuro y tenebroso. Sin embargo, por alguna razón, deciden hacer lo contrario. Confían en su propia inteligencia, en su curiosidad, en su valentía o en su suerte. Y eso suele ser un grave error.
¿Te suena familiar? Tal vez no has vivido una situación tan extrema como la de una película de terror, pero seguramente has tenido momentos en los que has confiado más en ti mismo o en otras personas más que en Dios. Momentos en los que piensas que puedes hacerlo todo sin su ayuda, que no necesitas su consejo ni su dirección. Momentos en los que has puesto tu esperanza en personas o cosas que no pueden salvarte.
La Biblia nos advierte del peligro de confiar en el ser humano y no en el Señor: «No pongan su confianza en hombres importantes, en simples hombres que no pueden salvar» (Salmo 146: 3). Y es que solo Dios es digno de nuestra confianza plena y absoluta. Solo él puede librarnos del mal, guiarnos por el buen camino y darnos la vida eterna. Dios ha prometido que los que ponen en él su confianza serán salvos.
¿Dónde has puesto tu confianza? ¿En ti mismo, en tu dinero, en tus amigos, en tu pareja? ¿O en tu Salvador, el Señor Jesucristo? La decisión es tuya. Pero recuerda: Confiar en el ser humano no te da ninguna garantía de éxito, mientras que confiar en el Señor te garantiza una vida eterna en su compañía.