Matutina para Jóvenes | Miércoles 13 de Marzo de 2024 | Cuatro ciegos y un elefante

Matutina para Jóvenes | Miércoles 13 de Marzo de 2024 | Cuatro ciegos y un elefante

Cuatro ciegos y un elefante

«Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud» (2 Timoteo 3: 16).

Una parábola hindú describe la experiencia de cuatro ciegos con un elefante. En su bondad, el rey les concedió el privilegio de tocar a su elefante domesticado y así hacerse una idea de cómo es un elefante.

Uno de ellos palpó una de las patas; el otro, el torso; el tercero, la trompa; y el último tocó uno de sus colmillos.

—¡Ya sé! —gritó el que había tocado la pata del paquidermo—. Los elefantes son como la pata de una mesa.

—¡Falso, falso! —dijo el que había tocado el torso—. Los elefantes son como una pared redondeada.

—Ambos se equivocan —respondió el ciego que todavía se aferraba a la trompa del animal—. Los elefantes son como una gran manguera.

—No, señores —dijo el que se había topado con el colmillo—. Los elefantes son como una lanza curva con la punta afilada.

Todos sabemos que las descripciones de cada ciego por separado no describen cómo es un elefante, pero, si las consideramos en conjunto, presentan un cuadro más acabado de su aspecto. Del mismo modo ocurre con las Escrituras. Ciertas religiones cristianas menosprecian el Antiguo Testamento, argumentando que fue abolido por Jesús; mientras que el judaísmo considera como inspirados por Dios solo a los libros del Antiguo Testamento. Ambos están considerando solo una parte del elefante sin tomar en cuenta sus otras características.

¿Te has preguntado por qué querría Dios hablar a través de distintos escritores? Porque cualquier libro de las Escrituras aislado de los demás carece de todo el mensaje que Dios quiere comunicar. Por esta razón, «en tiempos antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por medio de los profetas» (Hebreos 1: 1).

Y tú, ¿solo lees los libros de la Biblia que te gustan o lees también los que no te gustan? Tal vez te hayas quedado por Crónicas o Levítico más de una vez en tu año bíblico, pero estos libros, al igual que los demás, tienen tesoros inimaginables para tu vida espiritual. Si todavía no has leído toda la Biblia, comienza hoy mismo. Y si ya lo hiciste, ¿te gustaría volverlo a intentar? Sé que será una experiencia maravillosa.

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