Matutina para Jóvenes | Miércoles 16 de julio de 2025 | La mirada de Miguel Ángel

Matutina para Jóvenes | Miércoles 16 de julio de 2025 | La mirada de Miguel Ángel

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Matutina para Jóvenes

«Como el hierro se afila con hierro, así un amigo se afila con su amigo» (Prov. 27:17, NTV)

¿Alguna vez te has preguntado por qué dos amigas que eran inseparables ahora ya no se soportan? ¿Por qué esas parejas que parecen sacadas de un cuento de hadas terminan y ya no se cruzan palabra? ¿Y cómo, por el contrario, dos personas que inicialmente no se soportan terminan juntas por toda la vida? La respuesta parece estar en la mirada. De forma más concreta, en lo que se conoce como «el efecto Miguel Ángel».

Los psicólogos señalan que el «efecto Miguel Ángel» tiene lugar cuando un cónyuge ve en el otro un «mundo de posibilidades», un enorme potencial. Cuando este se da cuenta de que los ojos del ser amado lo ven en esa luz tan favorable, procura elevarse a la altura de esas expectativas, confirmando así lo que su cónyuge ya creía. Es así como cada miembro de la pareja actúa como refuerzo y apoyo para que el otro pueda conseguir alcanzar sus metas y convertirse en su mejor versión.

¿Y por qué se le denomina al presente fenómeno como el «efecto Miguel Ángel»? Esto se debe a la manera en que el destacado artista del Renacimiento italiano concebía sus esculturas. Se cuenta que mucho antes de esculpir sus obras, Miguel Ángel pasaba días o incluso semanas contemplando el bloque de mármol, intentando visualizar la figura que ya se encontraba latente dentro de él. Luego, simplemente se dedicaba a liberarla. Cuando el renombrado escultor divisó un enorme bloque de mármol de Carrara que había sido abandonado, pasó meses frecuentando el lugar, observando el macizo bloque y tratando de desentrañar el potencial que este ocultaba. Cuatro años más tarde, emergió el David, la más célebre de sus creaciones escultóricas.

Miguel Ángel no observaba el bloque por lo que era en ese instante, sino por su potencial. ¿No consideras que nosotros deberíamos adoptar esa mirada? En lugar de ver a los demás únicamente por su estado actual, podríamos contemplarlos como Dios los ve, bajo la luz del potencial que poseen para convertirse en algo más. Este ejercicio podría ayudarnos a crecer como individuos y potenciar nuestra influencia para «afilar» positivamente a las personas que nos rodean.

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