
La nota en el auto del pastor
“Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos” (Sal. 27:10, NVI)
Mike Winger, pastor en California, no solo lidera una iglesia, sino que también comparte su fe a través de YouTube. En 2021, compartió que había colocado una pegatina en el parachoques trasero de su automóvil con la leyenda “Former embryo on board” [ex embrión a bordo], en lugar del comúnmente visto “bebé a bordo”. El propósito de este mensaje es transmitir la idea de que un embrión es un ser humano.
Una persona leyó la pegatina del pastor y le dejó una nota que decía lo siguiente: “Querido “antiguo embrión”, qué bueno que naciste en un mundo en el que un padre: 1) te quiso y te amó, 2) podía sostenerte financieramente y 3) no te trajo a un hogar abusivo ni a una vida de sufrimiento. Sin esas tres cosas no hay nada bello ni deseable en la llegada de una pobre víctima a este mundo. :)”. Lo que esta persona no sabía, según cuenta Mike, es que él experimentó el abandono de su padre y durante su niñez enfrentó la pobreza al extremo de pasar semanas enteras alimentándose solo de sopa de ramen, ya que era la opción más económica a disposición de su madre.
La lógica detrás de la nota sugiere que el valor de la vida depende del amor de tus padres, de tu estatus económico o de la ausencia de sufrimiento. ¿Significa eso que si yo fui un bebé no deseado mejor hubiera sido no nacer? ¿Y qué hacemos con tantos niños pobres que nacen en el mundo? ¿Realmente es mejor matarlos desde antes de nacer? El versículo de hoy es uno de mis pasajes favoritos de la Biblia y contesta con un rotundo “no”.
El valor de tu vida no se evalúa por la cantidad de dinero en la cuenta bancaria de tus padres; tu valía se determina por el hecho de que fuiste creado a imagen y semejanza de Dios (Gén. 1:26-27) y eres valioso por ello. No importa si fuiste un bebé deseado o el fruto de un encuentro de una noche, tú vales porque llevas en ti la imagen de un Dios de amor; un Dios que, en palabras de David, te recibirá en sus brazos incluso si tus padres te abandonan.