Matutina para Jóvenes, Sábado 03 de Abril de 2021

Matutina para Jóvenes, Sábado 03 de Abril de 2021

Escuchar Matutina

Las hormigas, pueblo no fuerte

“Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, y las mismas son más sabias que los sabios: las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida” (Prov. 30:24, 25).

Los sábados de este mes leeremos un poco más acerca de esta lista de cuatro cosas que Agur, hijo de Jaqué, pronunció.

Lo primero en la lista son las hormigas. Hay unas 14 mil especies. Viven en colonias u hormigueros que pueden variar en tamaño y poder, pero que se caracterizan por su gran organización. La forma en que las hormigas dividen el trabajo, se comunican y resuelven problemas, las hace únicas en el mundo. No es de extrañar que hayan servido de inspiración y ejemplo para muchos humanos que, admirados, ven a estos seres infinitamente más pequeños actuar con determinación, pase lo que pase.

Hay muchas obras literarias que las tienen como protagonistas. Como son tan diferentes según la parte del mundo que habitan, desconozco la referencia exacta que el escritor hace con relación a su falta de fuerza.

Pero al leer este versículo, recordé una noche de verano en que las observé detenidamente durante media hora.

Era medianoche, hacía calor y no podía dormir. Decidí salir. Ellas se paseaban por mi vereda como si fueran las cinco de la tarde.

Vi a varias pasar haciendo alarde de su fuerza, cargando hojas que las triplicaban y hasta cuadruplicaban en tamaño. Me imaginaba haciendo lo mismo y me daba risa solo pensarlo. Realmente es admirable cómo colocan de alguna manera esa pesada carga sobre su cuerpo.

Pero había una que intentó durante diez minutos hacer un trayecto y no lo consiguió. Se caía de costado una y otra vez por el peso de la hoja que había elegido. Por más que se levantaba y volvía a intentarlo, indefectiblemente se caía y no lograba avanzar más que unos centímetros. Captó toda mi atención y vi que, en un momento, tomó la decisión de no arruinarse la existencia, dejar la hoja a mitad de camino y seguir avanzando varios metros como si nada hubiera pasado, libre de su carga.

Realmente la vi luchar. No la consideré débil por haber decidido sabiamente dejar una carga que no podía acarrear.

Quizás hoy, al comenzar este sábado, sigues llevando algunas cargas pesadas de la semana (o de meses y años) que te están debilitando demasiado. Jesús te invita a dejar tu carga a sus pies.

Está bien que a veces nos reconozcamos como “pueblo no fuerte” también.

Deja una respuesta