Matutina para Jóvenes | Sábado 19 de Abril de 2025 | Violines bautizados

Matutina para Jóvenes | Sábado 19 de Abril de 2025 | Violines bautizados

Violines bautizados

“Al unirse a Cristo en el bautismo, han quedado revestidos de Cristo” (Gál. 3:27)

Antonio Stradivari fue un lutier italiano de finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. La versión latina de su apellido, Stradivarius, se ha convertido en sinónimo de una calidad insuperable en lo que respecta a instrumentos de cuerda, especialmente los violines.

A lo largo de los años, numerosos fabricantes han intentado replicar el tono distintivo de sus violines mediante diversos métodos para secar y templar la misma madera utilizada por Stradivari, pero hasta ahora, ninguno ha logrado igualar su éxito. Pareciera que Antonio Stradivari empleaba algún método secreto en la fabricación de sus violines.

En 1983, Joseph Nagyvary encontró en la madera de un Stradivarius restos de un hongo que no aparecía en ninguna de las imitaciones. Al identificar la especie de hongo, el científico descubrió que era un hongo acuático. Eso apuntó a que la madera usada por Stradivari había estado en el agua durante un tiempo.

Al revisar los registros de embarque de la época en que Stradivari hacía sus violines en Cremona, Italia, Nagyvary descubrió que con frecuencia se hacían flotar remesas de troncos por un río, desde los Alpes hasta Cremona. Nagyvary también descubrió que los hongos que crecían en la madera se comían una substancia resinosa que se encontraba en ella. Eso dejaba la madera más liviana y con mayor potencial de vibración. Para verificar su teoría, Nagyvary fabricó violines con troncos que contenían este hongo, y los violinistas profesionales que los han tocado no han detectado diferencia alguna entre un violín de Nagyvary y un Stradivarius. El secreto de Antonio Stradivari era que usaba madera “bautizada”.

Algo parecido sucede cuando le entregamos nuestra vida a Jesús mediante el bautismo. Hay en el corazón de cada ser humano una “resina” llamada pecado que solo el Espíritu Santo puede eliminar. En Romanos 6, Pablo señala que, cuando somos bautizados, quedamos “unidos a Cristo Jesús” (vers. 3), eso significa que “morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva” (vers. 4). Ahora estamos “revestidos de Cristo”, buscamos “las cosas del cielo” (Col. 3:1) y podemos decir como Pablo: “Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gál. 2:20).

Como un Stradivarius, el nuevo nacimiento no se puede falsificar usando medios humanos; solo el nuevo nacimiento puede cambiar tu vida y convertirte en un instrumento que produzca la música que Dios desea escuchar en ti.

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