Matutina para Jóvenes | Sábado 25 de Enero de 2025 | Cristianos sin iglesia

Matutina para Jóvenes | Sábado 25 de Enero de 2025 | Cristianos sin iglesia

Cristianos sin iglesia

“Pues la iglesia es el cuerpo de Cristo, de quien ella recibe su plenitud, ya que Cristo es quien lleva todas las cosas a su plenitud” (Efe. 1:23)

En la actualidad, es común escuchar de personas que se consideran “espirituales” pero no “religiosas”. También se puede encontrar la variación de esta idea: “Soy cristiano, pero no asisto a ninguna iglesia”. La pregunta que surge es: ¿se puede ser cristiano sin ir a la iglesia? La Biblia nos presenta que Dios siempre ha tenido interés en formar un pueblo para sí, un grupo con el cual pueda tener una relación especial y que sirva para representarlo ante el mundo, siendo una fuente de bendición (ver Gén. 12:1-3). Antes de Cristo, este pueblo era Israel, pero después de la muerte de Cristo, cualquier persona que acepte a Jesús como su Salvador puede formar parte de este pueblo: la iglesia.

Jesús mismo afirmó ser la Roca que sirve de fundamento a la iglesia (Mat. 16:18). Lucas indica que Dios agrega a la iglesia a las personas que alcanzan la salvación (Hech. 2:47). Pablo compara a la iglesia con un cuerpo, donde cada miembro tiene una función distinta (1 Cor. 12), y al mismo tiempo, nos mantenemos unidos y nos apoyamos mutuamente mientras crecemos para ser más semejantes a Jesús. Pedro señala que la iglesia es un templo espiritual y sus miembros son “piedras vivas” (1 Ped. 2:5) con la misión de anunciar “las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Ped. 2:9, NVI).

Resulta claro que para Dios la iglesia es importante. Hace poco, mientras entraba a un templo, vi escrita en el mural la pregunta con la que inicié: “¿Puedo ser cristiano sin unirme a una iglesia?”. A renglón seguido se contestaba: “Sí, es posible. Pero sería como ser:

…un estudiante que no asiste a la escuela.

…un soldado que no se une al ejército.

…un vendedor que no tiene clientes.

…un marinero en un barco sin tripulación.

…un jugador sin equipo.

…una abeja sin colmena”.

¿Te gustaría ser un cristiano así?

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