Entonando la alegría
Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya!, porque el Señor, nuestro Dios Todopoderoso, reina. Gocémonos, alegrémonos y démosle gloria. Apocalipsis 19:6, 7.
En 1985, los dirigentes de la Unión Europea decidieron que su himno oficial sería la “Oda a la alegría”, de Beethoven. No tendría letra porque representaría la expresión de lo que simboliza aquella música: libertad, paz y solidaridad. Pero Beethoven compuso esta pieza tras leer un poema de Friedrich von Schiller que se titulaba de igual manera. El poema concluye con los siguientes versos: “¡Abrazaos, millones de seres! ¡Este beso para el mundo entero! Hermanos, sobre la bóveda estrellada habita un padre amante. ¿Os prosternáis, millones de seres? Mundo, ¿presientes al Creador? ¡Búscalo por encima de las estrellas! ¡Allí debe estar su morada!”
Este poema, a su vez, se asemeja al final de nuestra historia mencionado en el Apocalipsis. El clímax de la expectación de los pueblos se concreta en la adoración de todo el mundo al Creador, al Señor del universo. Y la profecía habla de gozo, de alegría por doquier. Es un instante ensoñado que nos sostiene cada día. Por eso hemos de practicar cotidianamente los valores de la esperanza. Pon una sonrisa en los momentos más oscuros porque, como dice un proverbio escocés, “La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz”. Comparte tus emociones porque, como dice un proverbio sueco, “Una alegría compartida se transforma en doble alegría; una pena compartida, en media pena”. Vive la religión con los tuyos porque, como dice un proverbio alemán, “Mira a las estrellas, pero no te olvides de encender la lumbre en el hogar”. Acepta la realidad y mejórala porque, como dice un proverbio neerlandés, “No puede impedirse el viento, pero pueden construirse molinos”. Sé el primero en dar ejemplo de orden y equilibrio porque, como dice un proverbio rumano, “La escalera ha de barrerse empezando por arriba”. Y disfruta de cada uno de esos momentos porque, como dice un proverbio español, “El humor y el amor son las mejores maletas para el viaje de la vida”.
Llegará el momento en que todos cantaremos la “Oda a la alegría” de la Unión de Criaturas del Universo, y sí que tendrá letra. Todos cantaremos a una voz aquello que entonamos durante las mañanas de trabajo, los momentos de tristeza, el instante de anhelos.
Y sonará espectacular, porque habremos afinado nuestro carácter gracias a Jesús, porque nuestra experiencia habrá devenido en victoria. Pienso en ello, y una sonrisa se dibuja en mi cara. Ya lo sé, son efectos secundarios de la esperanza.