El pecado que causó la derrota
«Entonces Josué le dijo a Acán: “Hijo mío, da honor y alabanza al Señor y Dios de Israel, diciéndome lo que has hecho. ¡No me lo ocultes!”» (Josué 7: 19).
La historia de Acán es muy conocida, y su forma de confesión también nos resulta muy familiar. Elena G. de White dice al respecto: «La manera en que Acán hizo su confesión fue similar a las confesiones que algunos entre nosotros han hecho y harán. Ocultan sus errores y rehúsan hacer una confesión voluntaria hasta que Dios los descubre, y entonces reconocen sus pecados» (Testimonios para la iglesia, t. 3, p. 299).
La triste derrota de Israel en Hai nos muestra lo importante que es confesar nuestros pecados. Los israelitas habían conquistado a Jericó, una cuidad fortificada que era casi imposible de tomar. Sin embargo, cuando llegaron a la pequeña cuidad de Hai, sufrieron una derrota inesperada. Treinta y seis israelitas perdieron la vida. «Josué y los ancianos de Israel rasgaron sus ropas y se echaron polvo sobre la cabeza en señal de dolor; luego se inclinaron ante el arca del Señor tocando el suelo con la frente, hasta la caída de la tarde» (Josué 7: 6). El Señor ordenó a Josué que dejara de lamentarse y se pusiera de pie, porque los israelitas habían pecado (vers. 11).
Había un pecado oculto en el campamento, y el Señor dejó en claro que no estaría con el pueblo hasta que lo confesara. El método para determinar quién había cometido el pecado permitió que Acán se adelantara e hiciera su confesión. Sin embargo, él no quiso admitirlo hasta que la tribu, la familia, la casa y finalmente él mismo estuvieron bajo el dedo acusador de Dios.
Ahora es el momento de hacer una confesión completa. Ahora es el momento de actuar correctamente con Dios y con nuestros semejantes. Ahora es el momento de terminar con el poder de Satanás que nos ha tenido por tanto tiempo en tinieblas.
¿Cuáles son las consecuencias de ocultar nuestros errores y pecados en lugar de confesarlos y apartarnos de ellos? ¿Qué pasos debes dar para hacer una confesión sincera y arrepentirte de tus pecados? La confesión, hecha en el momento oportuno, es aceptable para Dios.