Rescate desde el cielo
«Pronto, muy pronto, vendrá el que tiene que venir. No tardará» (Hebreos 10: 37).
El 21 de noviembre de 1979, una turba asaltó la Embajada de los Estados Unidos en Islamabad, Pakistán, y prendió fuego al edificio. Durante seis horas, un total de noventa y tres miembros del personal quedaron atrapados dentro de la embajada en llamas, a la espera de ser rescatados. «¿Saldremos vivos? —se preguntaban los empleados—. ¿Por qué tardan tanto en buscarnos?».
Mientras tanto, el gobierno de Pakistán intentaba encontrar una manera de rescatar al personal atrapado. La única opción viable era entrar desde arriba, en helicóptero, y aterrizar en el helipuerto. Sin embargo, las llamas y el humo que aún se elevaban del incendio hacían que esta tarea fuera extremadamente difícil.
Imagina la alegría de los hombres y mujeres atrapados cuando vieron el primer helicóptero aterrizar en la azotea y supieron que finalmente habían llegado sus salvadores. Es fácil imaginar la escena en que se abrazaban, riendo y llorando al mismo tiempo. ¿Cómo se sentiría estar tan cerca de la muerte y ser rescatado? Después de las largas horas de espera e incertidumbre, finalmente habían pasado el peligro y podrían volver a sus hogares.
¿No crees que algo similar sucederá cuando Jesús finalmente regrese? Los seres humanos hemos estado esperando por su venida durante mucho tiempo. No han sido solo seis horas como en Islamabad, sino seis mil años desde que el fuego del pecado se encendió en este mundo. Dios les prometió a Adán y Eva la liberación, y cada generación ha esperado con ansias la venida de Jesús. No sabemos cuándo será exactamente, pero podemos confiar en la promesa de Dios. Mientras tanto, debemos estar preparados y ayudar a otros a prepararse. No hay nada más importante que estar listos para encontrarnos con nuestro Salvador.
Al igual que en el caso de aquellos estadounidenses que esperaban ser liberados, nuestra liberación vendrá desde el cielo. Miraremos hacia arriba, por encima de los escombros de un mundo en llamas, para ver a Jesús, el Rey, venir con una multitud de ángeles. Yo personalmente deseo estar entre aquellos que serán rescatados. ¿No lo deseas tú también?