Cómo enfrentar la depresión —Tercera parte—
«Tú guardas en completa paz a quien siempre piensa en ti y pone en ti su confianza» (Isaías 26: 3, RVC).
Durante los días anteriores, hemos analizado a varios personajes famosos que han enfrentado episodios de depresión, como Van Gogh, Selena Gómez, Dwayne Johnson, y algunos personajes bíblicos como el profeta Elías, Juan el Bautista y Jeremías. También hemos reflexionado sobre la importancia de contar con buenos amigos, usando el ejemplo de Abraham Lincoln. Hoy finalizaremos este tema ofreciendo algunos consejos para superar la depresión.
Reconoce tu situación y busca ayuda profesional. La depresión no es una señal de debilidad o falta de fe, es una enfermedad que puede tener causas biológicas, psicológicas o espirituales. Recuerda que personajes como Elías (1 Reyes 19: 4), Juan el Bautista (Mateo 11: 2-3) o Jeremías (Jeremías 20: 14-18) enfrentaron episodios de depresión. No tengas vergüenza ni miedo de pedir ayuda a un médico, un psicólogo o un pastor. Dios puede usarlos como instrumentos para tu sanidad.
Acércate a Dios y confía en su amor y su poder. Dios te conoce, sabe lo que estás sufriendo y quiere ayudarte. No te alejes de él ni dudes de su bondad. Lee su Palabra, exprésale tus inquietudes en oración, alábalo por sus obras y sus promesas. Él te dice: «No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa» (Isaías 41: 10).
Mantén una actitud positiva ante la vida. No te dejes vencer por el desánimo ni por los pensamientos negativos. Dios tiene un plan para tu vida, agradécele por sus bendiciones y por las oportunidades que te da cada día. Piensa en las cosas buenas y verdaderas que hay en ti y en los demás. Pablo aconseja: «Piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza» (Filipenses 4: 8).
Si estás pasando por un momento de depresión, no estás solo ni sin esperanza. Dios puede transformar tu tristeza en gozo y tu llanto en alegría (Salmo 30: 11). ¿Qué pasos estás dispuesto a dar para enfrentar la depresión con la ayuda de Dios y de las personas que te aman?