¡Me gusta el amor!
«Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes» (Juan 15: 12).
Hace medio siglo, el pastor Robert H. Pierson, que fue presidente de la Asociación General de nuestra iglesia, relató la historia de un huerfanito a quien nadie amaba. Un día tuvo que ser hospitalizado. Las sábanas blancas y limpias, la ropa abrigadora y la comida sabrosa le parecieron traídas del cielo, en comparación con los harapos, la choza y el pan duro a los que estaba acostumbrado. Una enfermera uniformada le llevaba leche, fruta y otros manjares cuya existencia desconocía. Estaba encantando.
Una noche, cuando la enfermera se inclinó sobre él para arroparlo, el huerfanito se armó de valor para decir algo que había querido expresar desde su primer día en el hospital.
—Enfermera, usted me gusta —balbuceó el chico.
La enfermera miró compasivamente al pálido enfermito, y le dijo sonriendo:
—Y tú tienes mi amor.
El niño la miró con ojos grandes y la cabeza apoyada sobre la cabecera.
—¿Qué es el amor? —quiso saber el frágil niño.
Como respuesta, la enfermera le dio un fuerte abrazo. Después lo depositó en la cama y le dio un beso en la frente.
El niñito, muy impresionado, observó el rostro inclinado sobre él, y exclamó:
—¡Me gusta el amor!
En el pasaje bíblico de hoy, Jesús declara que debemos amar a los demás como él nos amó. Jesús restauró la oreja de uno de los que venían a arrestarlo (Lucas 22: 50, 51); lavó los pies de Judas (Juan 13: 4, 5); aun en la cruz, dedicó tiempo a fortalecer la fe del ladrón que estaba crucificado a su lado (Lucas 23: 43), encomendó a su madre al cuidado de Juan (Juan 19: 26) y pidió perdón por aquellos que lo crucificaron (Juan 23: 35). Nadie pudo amar como Jesús nos amó.
Y a ti, ¿te gustaría seguir su ejemplo? Tal vez no tengas que morir por otros, pero ¿qué pequeños actos de bondad puedes realizar con quienes no te muestran amor? Amar a quienes nos aman es fácil; amar a todos sin condición es obra del Espíritu Santo. Jesús afirmó: «Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos» (Juan 13: 35). ¿Te gustaría mostrar su amor a otros?