Matutina para Jóvenes | Viernes 11 de Abril de 2025 | El enojo de las aves

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El enojo de las aves

“Si se enojan, no pequen; que el enojo no les dure todo el día” (Efe. 4:26)

En el año 2009, Rovio Entertaiment lanzó Angry Birds, un videojuego cuya trama empieza cuando unos cerdos verdes roban los huevos de un grupo de aves. Enojados, los progenitores deben lanzarse usando un tirapiedras para destruir las edificaciones donde se encuentran los cerdos y así rescatar sus huevos. Para 2015, Angry Birds se había convertido en la franquicia de juegos gratuitos más descargada de la historia.

Por lo general, catalogamos la ira como una emoción negativa y la asociamos a episodios desagradables en los que una persona arremete contra todo y todos. No obstante, la agresión no es ira, sino una manifestación de esta. El enojo es simplemente esa sensación desagradable que nos indica que algo no está bien.

Los psicólogos reconocen que la ira es positiva por varias razones: 1) Nos señala cuáles son nuestros límites, pues a menudo surge cuando nosotros, o alguien que nos importa, como en el caso de Angry Birds, está bajo amenaza. 2) Nos protege, pues activa en nuestro cerebro el instinto de “pelea o huida”, lo que nos permite defendernos y 3) nos hace conscientes de la injusticia y nos motiva a hacer algo al respecto, propiciando así cambios positivos.

Cuando Jesús expulsó a los mercaderes del Templo, se enfadó (ver Mar. 11:15-17), pero su ira no solo se debió a la profanación del lugar de adoración, sino también al enriquecimiento ilícito de los mercaderes mediante la explotación de los peregrinos, el fraude y la extorsión. De manera similar, hay situaciones en la actualidad que deberían provocar nuestra ira, como el racismo, el tráfico de seres humanos y la explotación de los más vulnerables. Si este tipo de situaciones no suscitan nuestra indignación, es indicativo de que algo no está bien en nosotros.

Pero no todo es andar por la vida impartiendo justicia. Después de haber purificado el Templo, Jesús puso en práctica el consejo del versículo de hoy. Marcos señala que “al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad” (Mar. 11:19). El Maestro no permitió que su enojo durara todo el día, pues él sabía que darle cabida a la ira por mucho tiempo la convierte en amargura.

Como cristianos, tenemos el deber de levantar la voz por los que no tienen voz y defender a los indefensos (ver Prov. 31:8), sin dejar que la ira nos consuma o nos amargue la vida. Recuerda que, en última instancia, la justicia es responsabilidad de Dios (Rom. 12:19).

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