El legado de una vida
«Su vida es como la niebla: aparece por un poco de tiempo, y luego desaparece» (Santiago 4: 14, TLA).
Los estudiantes de la Universidad Avondale, en Australia, salieron en autobuses para su excursión anual. Al llegar al destino, cuatro jóvenes se precipitaron sobre la arena y se lanzaron a las refrescantes olas del océano Pacífico.
Sin embargo, las aguas estaban embravecidas cuando los jóvenes se lanzaron a nadar. Después de unos minutos, tres de ellos lograron luchar contra las olas y salvarse, pero Raimundo, el cuarto joven, desapareció. Nadadores experimentados iniciaron la búsqueda en el agua, mientras un helicóptero sobrevolaba la zona. Durante más de una semana, estudiantes y otras personas recorrieron las playas a diario en busca del cuerpo.
El cuerpo de Raimundo nunca fue hallado y, diez días más tarde, se llevó a cabo un emotivo servicio fúnebre en su honor. A pesar de que Raimundo falleció antes de los veinte años, su vida estaba fundamentada en la Palabra de Dios. Él había experimentado el amor del Salvador.
A menudo tendemos a pensar que solo una vida que llega a la vejez es una vida plena y completa. Sin embargo, la vida terrenal de Jesús demuestra que la plenitud de la vida tiene poco que ver con su duración. En tan solo tres años de ministerio público, Jesús transformó al mundo. Ningún personaje ha sido ni será más influyente jamás. Aquellas personas que han sufrido la triste pérdida de alguien que no vivió muchos años pueden encontrar consuelo en el hecho de que la calidad de la vida no depende de su duración.
Sin embargo, la vida no termina con la muerte. La Biblia nos dice que hay una esperanza de resurrección para los que mueren en Cristo. Jesús dijo: «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá» (1 Tesalonicenses 4: 14).
No sabemos cuánto tiempo nos queda en este mundo, pero sabemos que Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros, y lo llevará a cabo conforme a su voluntad (ver Salmo 138: 8). Dios nos promete: «Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza» (Jeremías 29: 11).
¿Qué legado quieres dejar con tu vida? ¿Cómo puedes vivir cada día de acuerdo con el propósito que Dios tiene para ti?