El perdón divino
“El que oculta sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y se aparta de ellos alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13).
Una de las buenas noticias de la Biblia es la seguridad del perdón que Dios nos concede. Cuando reconocemos nuestros errores y en oración pedimos perdón, inmediatamente nuestro Padre celestial responde esa petición.
La palabra “perdón” tiene diferentes significados, por ejemplo, soltar o liberar. La idea es dejar una pesada carga o desamarrar algún animal. Asimismo, “perdón” significa borrar, eso implica lo que Dios está dispuesto a realizar con nuestros errores. Perdón conlleva también la idea de cancelar una deuda.
El perdón es un regalo del Cielo que no depende de nuestros sentimientos ni emociones, podríamos decir que es la misericordia en acción porque Dios decidió librarnos del castigo de nuestros pecados. En el Salmo 103 dice: “El Señor es tierno y compasivo; es paciente y todo amor […]. No nos ha dado el pago que merecen nuestras maldades y pecados […]. Nuestros pecados ha alejado de nosotros, como ha alejado del oriente el occidente” (vers. 8, 10, 12).
Jesús pagó por nuestros pecados en la cruz del Calvario. Teníamos una deuda impagable, pero él la pagó por nosotros. Cuando Jesús estuvo en la tierra demostró su perdón a muchas personas; pero además de eso les enseñó la importancia de abandonar el pecado. Por ejemplo, a María Magdalena le dijo: “Vete y no vuelvas a pecar” (Juan 8:11). Al paralítico junto al estanque de Betesda que llevaba 38 años con esa condición, le dijo: “Ahora que ya estás sano, no vuelvas a pecar, para que no te pase algo peor” (Juan 5:14).
Después de confesar el pecado y aceptar por fe el regalo del perdón, debemos permanecer en Jesús mediante la oración y el estudio de su Palabra, esto nos protegerá de volver a cometer los mismos errores. ¿Tienes algún pecado que te gustaría entregar a Jesús para que él te perdone y te ayude a abandonarlo para siempre? Habla con él ahora.