Matutina para Menores | Jueves 11 de Abril de 2024 | Tan ocupados como una abeja

Tan ocupados como una abeja

“Así podrán portarse como deben hacerlo los que son del Señor, haciendo siempre lo que a él le agrada, dando frutos de toda clase de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios” Colosenses 1:10.

¿Conoces a alguien a quien le gustaría que le llamaran cerdo, vaca o caballo? Probablemente no. Parece más agradable que alguien diga que trabajas duro como una hormiga o que estás tan ocupado como una abeja. Seguramente, te sentirías orgulloso si alguien dijera eso de ti.

Las abejas están realmente ocupadas, y sin ellas nuestra vida no sería tan dulce. Tampoco nuestro mundo sería tan bello, ya que gran parte del trabajo de la abeja melífera consiste en encontrar el néctar y el polen escondidos en las flores. La boca de la abeja está diseñada con una larga estructura en forma de lengua que puede introducirse fácilmente en la flor. En la cabeza tiene una pequeña bomba de succión, y mientras la abeja zumba alegremente de flor en flor, succiona el néctar y lo almacena en una parte de su aparato digestivo llamada buche. Cuando la abeja vuelve a la colmena, deposita el néctar en celdillas de cera. Una vez madurado y espesado por secado parcial, se convierte en miel. Además de ser un excelente ingrediente para tostadas calientes, durante el invierno las abejas se comen la miel.

Una de las tareas más útiles de las abejas es la polinización cruzada de las flores. Las flores producen polen en una parte especial llamada antera. Muchas plantas y árboles no pueden reproducirse ni dar fruto a menos que reciban el polen de otra flor. Las abejas, con su cuerpo peludo, son perfectas para atraer y transportar el polen de una flor a otra.

No tenemos que trabajar tanto como las hormigas o las abejas, pero agradamos a Jesús cuando trabajamos para él ayudando a los que nos rodean. Busca algo útil para hacer hoy.

Dee

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