Lo más preciado
“Cuida tu mente más que nada en el mundo, porque ella es fuente de vida” (Proverbios 4:23).
¿Cuál es el objeto más preciado que tienes en tu habitación, aquel que cuidas más que todos los demás? Quizá sea algún aparato tecnológico, algún regalo que recibiste de un ser querido, una prenda de vestir que te gusta mucho, un trofeo o un reconocimiento por haber alcanzado un logro. Algunos chicos o chicas no quieren que nadie utilice ni toque su teléfono celular. ¡Lo cuidan como su vida! ¿Tienes algún aparato electrónico como un teléfono celular o una tablet? ¿Qué ves y escuchas ahí?
Según algunas investigaciones, la adicción a los teléfonos celulares ocupa un lugar importante en la vida de muchos niños y adolescentes. Algunas señales de esta adicción son: revisarlo cada cinco minutos, entrar en un ataque de pánico cuando no lo encuentras, ignorar a quienes están a tu alrededor por estar concentrado en lo que ves en la pantalla… y la lista podría continuar.
El problema no es la tecnología, sino el uso que se le da. Esta es una buena noticia porque significa que podemos cambiar nuestras prioridades y actitudes hacia todo aquello que nos atraiga, para ser libres de decidir ver y escuchar lo que resulte edificante para nuestra vida. Para lograrlo es necesario “aplicar filtros” para elegir sabiamente.
El versículo de hoy nos aconseja cuidar qué vemos y qué oímos, es decir, lo que ingresa a nuestra mente. Elena de White escribió: “Los que no quieren ser víctimas de las asechanzas de Satanás deben custodiar cuidadosamente las avenidas del alma; deben abstenerse de leer, ver u oír cuanto sugiera pensamientos impuros” (Mensajes para los jóvenes, p. 201). Por su parte, Jesús dijo que nuestras palabras demuestran lo que hay en nuestra mente: “El hombre bueno dice cosas buenas porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está en su corazón. Pues de lo que abunda en su corazón habla su boca” (Luc. 6:45).
Decide hoy alimentar tu mente con cosas puras, cuídala como lo más preciado de tus posesiones.