
Una ventana hacia el cielo
«El Señor, el Poderoso, es Dios y habló; convocó a toda la humanidad desde donde sale el sol hasta donde se pone». Salmo 50:1.
¿Hablas con Dios por la mañana, ni bien te despiertas? La Biblia cuenta la historia de un joven que tres veces al día. Abría su ventana y agradecía a Dios por un montón de cosas: por la vida, por los pajaritos que cantaban temprano, por los amigos, por los sueños y por la salud. También pedía la protección de los ángeles para ese día y le contaba a Dios de su familia, de la nostalgia que sentía por ellos.
Ese joven no estaba en la ciudad donde había nacido, sino en otra. Estaba en un lugar donde las personas no oraban a Dios, y tenían otras costumbres. La historia de Daniel, ese joven valiente y de fe, está registrada con detalles en la Biblia.
¿Y si oras hoy a Dios, así como lo hizo Daniel? Tú y tu familia pueden orar por la mañana, por la tarde y también antes de dormir. Abre tu corazoncito al Señor.
MI ORACIÓN SEÑOR, AYÚDAME A ORAR TODOS LOS DÍAS COMO DANIEL.
En familia, anoten pedidos de oración en pequeños papeles. Después, guárdenlos dentro de la Biblia, y recuerden orar por ellos.
Espiritualidad: saber que hay algo mayor que la propia humanidad, un Creador y Salvador, que cuida a todos en el mundo. Tener fe en eso.