Pleito contra Israel
“Escuchen ustedes, montes y firmes cimientos de la tierra: el Señor va a entablar un juicio contra su pueblo, va a entablar un pleito contra Israel” (Miqueas 6:2).
Miqueas es una forma acortada de Micaías y quiere decir “¿Quién es como Jehová?”. Miqueas era de Moreset, y profetizó entre los años 735 y 710 a.C. Fue contemporáneo de los reyes Jotam, Acaz y Ezequías, y su mensaje se dirige al reino del sur.
El capítulo 6 habla de un juicio contra Israel y menciona todas las bendiciones que Dios había derramado sobre su pueblo a lo largo de la historia: la liberación de Egipto, la designación de dirigentes y profetas que guiaban al pueblo, y la protección de Dios ante las asechanzas de los enemigos. Sin embargo, a pesar de todas estas demostraciones de amor por parte de Dios, los israelitas decidieron adorar ídolos.
Entonces, el pueblo le preguntó a Dios cómo debían presentarse ante él para que los aceptara. ¿Acaso debían ofrecerle a Dios lo siguiente?
Sacrificios de becerros de un año, mil carneros, ríos de aceite, o su hijo mayor.
En verdad, estaban equivocados… creían que, ofreciéndole esos sacrificios a Dios, serían aceptados por él y podrían vivir como quisieran. Hasta estaban dispuestos a entregar a sus hijos en sacrificio a cambio de no hacer lo que sí debían. Claramente, Dios no necesitaba nada de eso. Mañana veremos lo que Dios sí esperaba de ellos (y de nosotros hoy).
Lo que Dios ha hecho por nosotros en la Cruz, nos recuerda que la salvación es un regalo que se acepta por fe. No hay ninguna obra que podamos hacer para ganar la salvación. ¿Quieres agradecer a Dios por este regalo?