Ocúpate siempre
“Entonces uno de ellos dijo: ‘Yo he visto que uno de los hijos de Isaí, el de Belén, sabe tocar muy bien; además, es un guerrero valiente, y habla con sensatez; es bien parecido y cuenta con la ayuda del Señor’ ” (1 Samuel 16:18).
Mucho antes de que David fuera coronado rey, las puertas del palacio se le abrieron gracias a su capacidad de ejecutar un instrumento musical. ¿Te diste cuenta? Aun siendo joven supo cultivar sus talentos y desarrollar sus habilidades. Tú también puedes aprovechar el tiempo y cultivar tus destrezas. ¡Verás cuántas oportunidades se te abrirán de par en par!
Por otra parte, cuando Dios eligió a David, este no era un joven sin ocupaciones. Dios nunca llama a personas ociosas; siempre se fija en personas que están ocupadas. David cumplía fielmente su función como pastor de ovejas. Ser un pastor le había dado un corazón dócil para tratar a las personas, y lo había preparado para desafíos, como cuando enfrentó a un león y un oso para defender a su rebaño (1 Sam. 17:34, 35).
De todas las cualidades positivas que destaca el versículo de esta mañana, la más importante es que David siempre contaba con la ayuda del Señor. La presencia del Señor fue la clave en la vida de José, de Gedeón, de Samuel y de cualquier persona que realmente triunfó.
Por último, este incidente nos recuerda el gran poder de la música. Escucha música que te eleve a Dios, que te calme. Cuando cantes, canta como una respuesta de gratitud por lo que Dios es y por lo que ha hecho por ti. El canto ahuyenta al enemigo y te da la paz de Dios. Si sientes miedo, puedes cantar como Isaías:
“Tenemos una ciudad fuerte; para salvarnos, el Señor levantó murallas y fortificaciones. Abran las puertas para que pase una nación justa que se mantiene fiel. Señor, tú conservas en paz a los de carácter firme, porque confían en ti. Confíen siempre en el Señor porque él es refugio eterno” (26:1-4).