El ciego Tom
“Yo sé todo lo que haces; conozco tu duro trabajo y tu constancia” Apocalipsis 2:2.
Mi abuela solía decir: “Si no trabajas, no comes”. Ella respetaba mucho el trabajo duro. (¿Qué te dicen tus abuelas?).
Se cuenta una historia de un caballo especial que fue reconocido por su trabajo. Había una gran celebración en Promontory Point, en Utah, Estados Unidos. Decenas de hombres y mujeres importantes habían viajado a ese lugar para celebrar la finalización del primer ferrocarril transcontinental, el 10 de mayo de 1869. En medio de la multitud, el ciego Tom estaba un poco fuera de lugar. ¿Qué clase de nombre era ese? Era el nombre de un caballo de tiro muy especial. Sí, el ciego Tom había sido invitado a la celebración, pero no por los famosos dignatarios, sino por los hombres que habían trabajado con él construyendo el ferrocarril.
Tom era uno de los 25.000 caballos y mulas que tiraban de los vagones de suministros y transportaban traviesas, tierra y rocas para construir el gran camino de hierro. Pero Tom trabajó duro con una minusvalía, y eso lo convirtió en uno de los favoritos.
Tom fue a trabajar a Omaha, Nebraska, el primer día de la construcción del ferrocarril, y veintisiete meses después seguía trabajando. Nadie sabía cuál era la causa de su ceguera, pero esta no interfería en su trabajo. Todos los días transportaba el pesado vagón de rieles de hierro y clavos hasta los ferrallistas, los rematadores y los trabajadores que esperaban al final de la vía. De hecho, Tom transportaba todos los raíles de los casi 700 kilómetros de la vía de Union Pacific. Este caballo es un gran ejemplo, pues siguió realizando su trabajo hasta que lo terminó.
¿Cuáles son tus tareas? ¿Tienes que hacer la cama, ayudar a lavar los platos o sacar la basura? Tal vez tu mayor trabajo sea hacer los deberes o cuidar de tus hermanos más pequeños. Sea cual sea tu trabajo, toma al ciego Tom como ejemplo.
Dee