Temores a la distancia
Me da miedo pensar que, cuando vaya a visitarlos, no los encuentre como yo quisiera, y que tampoco yo resulte ser lo que ustedes esperan. Tengo miedo de encontrarlos peleándose, o envidiándose, o enojados unos contra otros, o que resulten ser egoístas, chismosos, murmuradores, orgullosos y alborotadores. 2 Corintios 12:20 TLA
Aunque la mayoría de los corintios había manifestado arrepentimiento y había transformado su vida, aún quedaban algunos con conductas desordenadas y que permitían que la influencia pagana de la cultura permeara su fe. Dudaban del apostolado de Pablo, y ponían en tela de juicio su integridad financiera (2 Cor. 10:2). Siempre habrá quien proyecte sus propias debilidades y faltas en quienes los rodean. Mantén tu integridad y deja que tus acciones hablen por ti.
Pablo enumera ocho de los pecados que mantenían a unos cuantos corintios divididos, no para condenarlos sino como un padre tierno que se preocupa por el crecimiento espiritual de sus hijos. Las contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias y desórdenes estaban socavando la hermandad. Algunos lograban con intrigas ocupar los cargos de mayor distinción en la iglesia.
Si Pablo escribiera a tu iglesia local, ¿qué pecados describiría? “Que nadie engañe a su propia alma en este asunto. Si albergan orgullo, autoestima, amor a la supremacía, vanagloria, ambición impía, murmuración, descontento, amargura, maledicencia, mentira, engaño, calumnia, Cristo no está morando en vuestro corazón, y la evidencia muestra que tienen la mente y el carácter de Satanás, no el de Jesucristo, quien era manso y humilde de corazón” (TM, p. 452).
Los temores de Pablo eran válidos. Aunque la mayoría de los miembros se habían arrepentido, un grupo corrompido, por pequeño que sea, puede contaminar al resto. Además, temía que se repitieran las perturbaciones y humillaciones a las que había sido sujeto en la visita anterior. Temía que para el momento de su visita el grupo corrupto hubiese influenciado a los que con tanto esfuerzo Tito había edificado. Pero, a pesar de sus temores, Pablo se mantuvo fiel en medio de las vicisitudes. “El apóstol Pablo, que había recibido muchas revelaciones del Señor, hizo frente a dificultades provenientes de diversas fuentes, y en medio de todos sus conflictos y vicisitudes no perdió su confianza en Dios. […] ¡De qué manera enriquece este evangelio el huerto del alma, disponiéndolo para que produzca los más preciosos frutos!” (CDCD, p. 189).
¡Padre, ayúdanos a tener una fe inquebrantable!