Matutina para Mujeres | Domingo 12 de Enero de 2025 | Serás lo que debes ser, o si no, no serás nada

Matutina para Mujeres | Domingo 12 de Enero de 2025 | Serás lo que debes ser, o si no, no serás nada

Serás lo que debes ser, o si no, no serás nada

“Anhelo y hasta desfallezco de deseo por entrar en los atrios del Señor. Con todo mi ser, mi cuerpo y mi alma, gritaré con alegría al Dios viviente” (Salmos 84:2).

El general San Martín dijo: “Serás lo que debes ser, o si no, no serás nada”. Una corta, pero poderosa frase que envía un mensaje profundo y tajante a quienes están recorriendo su camino en la vida. No podemos darnos a medias. Si tal hiera el caso, no somos nada. Cuenta la escritora Emilia Pardo Bazán (1851-1921) que un conde soñó que se veía paseando en un frondoso bosque, cuando una paloma cayó malherida en las manos del príncipe Shakyamuni.2 De pronto, apareció el cazador para reclamar a su presa con el alegato de que le pertenecía por haberla cazado. El príncipe le rogó que le dejara rescatar al ave; el cazador accedió con la condición de que le diera una porción de su propia carne igual al peso de la paloma.

El conde observaba atónito la escena. El cazador quitó un pedazo del hombro derecho del príncipe y lo puso en la balanza, no obstante esta no se movió ni un centímetro. La paloma pesaba más. El cazador cortó otro pedazo de carne del hombro izquierdo y lo puso en la balanza; sin embargo, siguió sin moverse. Así fue cortando por partes al príncipe, pero aquellos pedazos de muslos y hombros no lograban mover la balanza ni pesar más que la paloma. Entonces el príncipe dijo: ponme completo. Cuando todo su cuerpo desangrado fue puesto sobre la balanza, esta se inclinó hacia el lado opuesto de la paloma. Ahora, el príncipe pesaba más que ella y se pudo efectuar el rescate. Emilia escribe al final del relato “hay que darse todo, o no aspirar a redimir”.

Ese también fue el lema del cielo. Juan 3:16 lo afirma. El cielo dio todo; Jesús dio su cuerpo entero para que nuestra redención fuera válida. Él nos rescató de manos del cazador. ¿Habremos de entregarnos a su servicio a medias? ¿Así le pagaremos su rescate?

Querida amiga, hoy te invito a cantar: “Mi espíritu, alma y cuerpo, mi ser, mi vida entera, cual viva santa ofrenda, la entrego a ti, mi Dios”. Seamos fieles y enteramente dedicadas a la obra que Jesús nos ha encomendado, o no seremos nada.

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