Matutina para Mujeres | Domingo 12 de octubre de 2025 | Fuera el temor

Matutina para Mujeres | Domingo 12 de octubre de 2025 | Fuera el temor

Matutina para Mujeres

«¡Ánimo! ¡Esfuércense y no tengan miedo del rey de Asiria,

ni de toda la multitud que viene con él! ¡Con nosotros está alguien que es más poderoso!» (2 Crónicas 32:7, RVC).

Después de haber trazado los planes, Ezequías lo puso en marcha con buen ánimo.

Clave #4: Buena actitud. Ezequías «se armó de ánimo y reconstruyó la muralla, y también construyó torres sobre ella y una muralla exterior» (2 Crónicas 32:5, DHH). Muchos grandes y buenos proyectos no llegan a consolidarse debido al pesimismo de quienes los emprenden.

Sara (no es su verdadero nombre), había pasado más de la mitad de su vida en diversos oficios. Hacía grandes planes, soñaba con cuantiosas ganancias, en el papel todo era claro y ventajoso; sin embargo, al llevarlo a la realidad, apenas algo salía mal, lo abandonaba. No había sido capaz de luchar por un sueño en específico debido a su actitud pesimista. Lo peor del caso es que la causa de su infortunio, según ella, eran las otras personas y las circunstancias. Si queremos tener éxito en nuestros proyectos, es necesario mostrar una buena actitud aún cuando las cosas no van bien. Toda empresa tiene sus altas y bajas, pero solo triunfan los que perseveran con buen ánimo.

Clave #5: Confiar en Dios. El discurso del rey Ezequías es una invitación que no debiéramos olvidar nunca. «¡Ánimo! ¡Esfuércense y no tengan miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que viene con él! ¡Con nosotros está alguien que es más poderoso! Él cuenta con la fuerza de los hombres, pero con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos a luchar nuestras batallas» (2 Crónicas 32:7, 8, RVC). Después de haber hecho lo que estaba en sus manos, el rey estuvo resuelto a dejar que Dios actuara.

Cierta mañana, mientras mi esposo se vestía apresuradamente con el uniforme de Guías Mayores, me pidió que le ayudara a desabotonar el elemento sobre su hombro. Yo intenté ayudarlo. Sin embargo, en su prisa, él no quitaba su mano del botón. «¡Basta!», le dije, «tienes que soltarlo para que yo pueda ayudarte». En ocasiones, hacemos lo mismo con Dios. Nos aferramos a lo que queremos lograr y no dejamos que él actúe.

La historia termina diciendo que Dios envió un ángel que destruyó el campamento asirio y Senaquerib volvió avergonzado a su casa. No era para menos. Buscar a Dios, seguir un plan, apoyar, tener buena actitud y dejar que Dios actúe es una estrategia que no puede fallar. ¿Quieres experimentarlo?

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